El 2 es un número uno
Tras superar una infancia trágica, Maicon es indiscutible en Brasil y se ha convertido en uno de los mejores atacantes del torneo
El 2 de Brasil es un defensa, pero aparece en la lista de los mejores atacantes del torneo: entre Messi y Cristiano Ronaldo se sitúa Maicon en la valoración de la FIFA, que ha tenido en cuenta sus 18 incursiones en solitario, una más que el portugués, sus cinco disparos a portería y su gol a Corea del Norte, bellísimo por otra parte. Es además una garantía en la circulación del balón: 210 pases buenos, tan solo superado por su compañero Gilberto Silva (335) y por delante del mayor de los especialistas, Xavi (205). A todo eso le añade fair play: únicamente ha cometido dos faltas en tres partidos.
Al verlo ahora, con ese físico imponente de atleta de 100 metros, cabría pensar que todo le fue muy fácil cuando sucedió lo contrario. A los 13 años, el pequeño Maicon quería ser centrocampista y fue a unas pruebas en el Gremio de Porto Alegre. "El entrenador me dijo que no tenía físico para jugar en su equipo y me acabó echando. Fue muy triste y llegué a casa llorando", recuerda ahora el jugador, conocido en su barrio como Pingo, Pinginho, porque era muy enclenque. Maicon nació en 1981 en Novo Hamburgo, pequeña población de Rio Grande do Sul.
El lateral ha dado más pases buenos que Xavi y la FIFA le coloca entre Messi y Cristiano
A los 10 años sufrió un trauma. Ya había perdido un hermano por atropello cuando un día se escapó de las manos del padre y se cayó delante de un coche. Sobrevivió, aunque tan asustado que estuvo un tiempo sin andar, con las piernas agarrotadas, desplazándose en brazos de su padre. La madre, embarazada, perdió el bebé.
Su padre, Manuel, entrenador de aficionados, puso una condición para que su hijo fichara por el juvenil del Criciúma: "Vas a jugar de lateral porque es más fácil pegarle a la bola de frente. No tienes un giro rápido para jugar en el centro del campo". A medida que fue desarrollándose, encontró su sitio en el lateral derecho. Del Criciúma al Cruzeiro, donde tampoco le pusieron una alfombra, cuestionado por la grada por sus alocadas carreras y falta de coberturas, suplente de Maurinho (nada que ver con el técnico con el que coincidió en el Inter), y con Luxemburgo en el banquillo.
Entonces, la vida le dio un regalo. La convocatoria para el Preolímpico de 2004. Brasil fracasó en su intento, pero Maicon se lanzó con un gol maradoniano a Paraguay, tras regatear a cuatro adversarios y al portero, viniendo desde su propio campo, regates largos y limpios, reuniendo todas sus condiciones: velocidad, equilibrio y elegancia en la conducción.
Su padre pensó que Maicon Douglas Sisenando estaba predestinado. "Manuel fue al campo del Hamburgo y enterró los cordones umbilicales de los dos hermanos [el de Maicon y el de su hermano gemelo]", contó su madre. El nombre se lo había puesto ella en honor a sus actores preferidos, Michael Douglas y Marlon Brando.
"Cuando uno se cría con la papilla, ni tiene lesiones ni tiene nada; jugará el resto de su vida", explicó su madre cuando le preguntaron por qué su hijo había sufrido tan pocas dolencias. En seis temporadas en Europa, Maicon ha disputado un mínimo de 33 partidos por curso, alcanzando 46 el pasado (siete goles), cuando el Inter logró el triplete. En la canarinha, suma seis tantos en 61 encuentros. Es una apisonadora regular. El Inter pagó por él cinco millones en 2006 al Mónaco, que abonó tres al Cruzeiro en 2004.
Y Ri Myong-guk todavía está esperando el centro de Maicon. El portero de Corea del Norte entendía que era lo más lógico, tratándose de un lateral sin apenas ángulo. Maicon golpeó con el exterior de la bota derecha para que la pelota adquiriera un efecto hacia dentro que terminó en gol. Seguía la tradición mágica de los laterales brasileños, uno de ellos en el banquillo de Brasil, Jorginho, ayudante de Dunga. Es la senda que marcaron Djalma Santos, Carlos Alberto, Nelinho, Junior, Josimar, Leandro y Branco hasta Roberto Carlos y Cafú. Siempre hubo tal excedente que ahora Dani Alves se queda fuera a no ser que se adelante al medio del campo. El lateral del Barça tiene delante al 2. Y es un número uno.
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