Un Giro caótico y salvaje
Una fuga descontrolada de 56 corredores destroza a los favoritos, que pierden casi 13m, y devuelve a la escena a Sastre, Arroyo y Tondo
Cuando se escapa el pelotón, el líder debe estar ahí, dice una de esas leyes no escritas del ciclismo cuya desobediencia suele acarrear consecuencias no deseadas. Hoy Ayer, en la interminable (262 kilómetros) y penosa travesía de los Abruzos , montañas desiertas azotadas por la lluvia helada y el viento, se escapó el pelotón. Se escapó por trozos. Una treintena en el kilómetro 20, otros tantos un poco más allá: 56 juntitos en el kilómetro 34. El líder, el ya no tan terrible Vinokúrov, rosa empapado, desatendió sus obligaciones y no se infiltró entre ellos. Las no deseadas consecuencias le empaparon, gota a gota, pura tortura, horas y horas durante la etapa. Él y otros tantos como él, Evans, Nibali, Basso, Scarponi y así, los que habían reducido un Giro caótico y salvaje, y muy frío, a una lucha entre ellos y que hora, a mitad de la carrera, y a falta de las grandes montañas, reservadas para la última semana, se encuentran fatigados, desplazados en la general, contemplando la resurrección inesperada de corredores a quienes daban por muertos, como Carlos Sastre, o la revelación de corredores con quien no contaban, como David Arroyo, un veterano resistente, o Xavier Tondo, brillante escalador catalán que se presentó a lo grande en la última París-Niza.
Etapa 11
1. Evgeni Petrov (Katusha) 6:28:29
2. Dario Cataldo (Quick Step) a 5
3. Carlos Sastre (Cervélo) m.t.
4. Bradley Wiggins (Sky) a 7
5. Alexander Efimkin (Quick Step) m.t.
6. Linus Gerdemann (Milram) m.t.
7. Jerome Pineau (Quick Step) m.t.
8. David Arroyo (Caisse d'Epargne) m.t.
9. Xavier Tondo (Cervélo) m.t.
10. Jan Bakelants (Omega Pharma-Lotto) m.t.
Clasificación general
1. Richie Porte (Saxo Bank) 45:30:16
2. David Arroyo (Caisse d'Epargne) a 1:42
3. Robert Kiserlovski (Liquigas) a 1:56
4. Xavier Tondo (Cervélo) a 3:54
5. Valerio Agnoli (Liquigas) a 4:41
6. Alexander Efimkin (AG2R) a 5:16
7. Linus Gerdemann (Milram) a 5:34
8. Carlos Sastre (Cervélo) a 7:09
"Todos me miraban y nadie hacía nada", dijo Vinokúrov, quien a mitad de etapa, al pie del Rionero Sannítico, el primer puerto del día, ya pudo ser consciente de la magnitud de su su desgracia. 17m50s era la ventaja del pelotón en fuga con respecto a su grupo, una banda que pocos kilómetros de desgaste permanente por carreteras sin un tramo llamo más allá, contaba con menos ciclistas que el de la fuga, también sometido a las leyes de la erosión.
El triunfo de la fuga, un incendio incontrolable que recordó a aquella de media hora del Tour de 2006, la de Montélimar que dio el maillot amarillo a Óscar Pereiro mientras Landis miraba a su alrededor, puso en evidencia la sospechada debilidad del Astana y el BMC, los equipos de Vinokúrov y Evans, incapaces del mínimo control (y ya reducidos a cinco corredores cada uno por abandonos y caídas). Y, asumido el error de los líderes, la irresponsabilidad de sus directores, de Martinelli, el del Astana, el mismo que guiará a Contador en el Tour, de Lelangue, el del BMC, el mismo que guiaba a Landis en aquel Tour, de Amadio, el del Liquigas de Basso y Nibali, enfrascados en una partida de póquer en la que todos iban de farol.
Las cartas, los ases, estaban delante. Se llamaban Sastre, que empezó el día a 10m de Vinokúrov y lo terminó octavo de la general, con 2m49s de ventaja (y 4m sobre Evans, 4m 40s sobre Basso. "Estoy muy contento de volver a entrar en la carrera", dijo el ganador del Tour de 2008). Se llamaban Arroyo, ahora segundo; se llamaban Amador, el joven de Costa Rica que descubre el Giro con el Caisse d'Épargne...
Casi 13 minutos después del ruso Petrov, ganador de la etapa, y del australiano de Tasmania Richie Porte, nuevo maglia rosa, llegó a L'Aquila el grupo de los grandes, cicatrices al aire aún, derrotado, con el mismo aire con el que suele llegar el autobús de los que no aspiran más que a sobrevivir. Este, el verdadero, llegó a 46m 30s, 41 ciclistas descontrolados que fueron repescados para un Giro sin control.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.