España o Brasil

La historia de la Copa del Mundo asegura que ningún equipo europeo ha ganado el Mundial cuando se ha disputado fuera de sus fronteras. Asegura igualmente la estadística que únicamente Brasil ha sido capaz de salir vencedor en América, en Europa y en Asia. La canarinha, cinco veces campeona, se presenta por tanto como la máxima favorita también en Sudáfrica. Nadie se imagina que Nelson Mandela consiga que los bafana bafana tengan ahora el mismo impacto que los springboks en Mundial de rugby de 1995. Las apuestas y encuestas señalan a Brasil por delante de España mientras que nadie cree que Italia pueda revalidar el título que alzó en 2006.

Dunga ha armado una selección muy consistente y pragmática, a imagen y semejanza de la que ganó en Estados Unidos, en 1994, cuando el hoy seleccionador oficiaba de duro volante. La aspiración es que al mejor portero del mundo, Julio César, le tiren ahora menos todavía que a Taffarel: seis tiros entre los tres palos antes de la final con Italia. Ha desaparecido el famoso cuadrado mágico y el virtuosismo de los delanteros ha sido sustituido por la consistencia de los medios.

Brasil ha perdido la bandera del jogo bonito en favor de España, campeona de Europa y seria aspirante a ganar el torneo por vez primera en su historia. Del Bosque cuenta con un grupo exquisito técnicamente, dotado de muchos registros, ya muy conjuntado. La mejor generación de futbolistas españoles. Sólo las lesiones de Torres, Cesc e Iniesta puede rebajar el optimismo de un plantel que abraza la pelota en vez de apelar a la furia.

El contrastado juego coral español contrasta con la incertidumbre que despiertan selecciones de la talla de Argentina y Portugal. Los dos mejores jugadores del mundo, Messi y Cristiano Ronaldo, lideran a dos equipos que no figuran como los máximos favoritos. El éxito de Argentina depende de la mezcla Maradona-Messi. El azulgrana no consigue que en su selección le traten como en su día al hoy seleccionador, y a Cristiano le falta equipo para aspirar a competir por el podio mundial.

La alternativa podría ser la Inglaterra de Capello, un equipo fiable, resultadista y con un punto de fiebre interesante después de que quedara fuera de la Eurocopa. Nadie tiene tantas ganas de competir como los ingleses. También hay una cierta expectación por ver a Alemania, que ha apostado por la cantera y ha reunido un grupo muy interesante de promesas. Y a buen seguro que habrá mucho debate futbolístico alrededor de selecciones como la de Marcelo Bielsa, entrenador de Chile, capaz de jugar con hasta cinco delanteros. Sudáfrica admite alternativas y aguarda muchas sorpresas. La campeona de Europa aspira a ser campeona del Mundo en África.