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El Athletic huye de Europa

El Mallorca, a base de zarpazos, con un Aduriz magnífico, echa a los rojiblancos de la competición continental

El Mallorca, a base de zarpazos, con un Aduriz magnífico, echa a los rojiblancos de la competición continental

El Mallorca no era un equipo temible a domicilio. Más bien parecía un visitante educado, un cuñado de esos que no incordian y se limitan a vivir su vida en su propia casa. El Athletic tampoco es un familiar tendencioso, que deja las celebraciones para su casa y fuera se comporta como un hombre tranquilo, poco molesto, un tipo de esos antiguos que saben estar en cualquier parte. Pues bien, el fútbol tiene sus caprichos y decidió que el Mallorca era un visitante incómodo y el Athletic un lánguido anfitrión. Y eso que se jugaban Europa: el Mallorca la primera velocidad de la Champions y el Athletic, la segunda de Liga Europa. El primero sacó el billete, a falta de validarlo en la canceladora de la Liga (si paga lo que debe); el segundo, vio pasar el tren a una velocidad demasiado fuerte como para subirse en marcha. Hace tiempo que circula sin billete, esquivando a los muchos revisores que le persiguen y con la gasolina justa para seguir el tran tran de las vagonetas.

ATHLETIC 1 - MALLORCA 3

Athletic: Iraizoz; Iraola, San José, Amorebieta, Koikili (Muniain, m. 56); Gurpegui (Yeste, m. 68) ), Iturraspe (Susaeta, m. 45), Javi Martínez, Gabilondo; Toquero y Llorente. No utilizados: Armando, Ustaritz, Castillo y De Marcos.

Mallorca: Aouate; Josemi, Nunes, Rubén, Ayoze; Julio Álvarez, Martí, Valero (Keita, m. 87), Castro (Mattioni, m. 76); Webó (Suárez, m. 72) y Aduriz. No utilizados: Lux, Varela, Casadesús y Corrales.

Goles: 0-1. M. 42. Castro, de cabeza. 1-1. M. 45. Cabezazo de Llorente. 1-2. M. 48. Nunes, de volea. 1-3. M. 51. Aduriz a pase de Julio Álvarez.

Árbitro: Ramírez Domínguez. Amonestó a Castro, Aduriz, Webó y Nunes. Unos 35.000 espectadores en San Mamés

El Athletic juega por donde cae Toquero, el dueño del gabinete rojiblanco
No puede el Athletic permitirse el lujo de malgastar lo poco que genera
Y el Mallorca resultó un bróker agresivo. En cinco minutos liquidó a su rival

El Athletic tiene una idea, básicamente una: juega por donde esté Toquero: si cae a la derecha, juega por la derecha, si cae a la izquierda, juega a la izquierda. Toquero, realmente es el líder de un equipo que parece un gabinete de abogados asociados. El dueño es Toquero, el que gana los juicios, Llorente, el resto auxiliares impagables asociados. Y Toquero cumplió con su rango con varios desmarques inteligentes y varios centros magníficos. Y Llorente, cumplió el suyo, con una lucha cerrada con un tipo duro e inteligente, Nunes, que encima se marcó un gol de salón. Y tanto se lo ganó Llorente en su impagable alegato ante la portería de Aouate, que marcó un gol de bandera a centro de Iturraspe. El gol valía doble, porque el tanto anterior del chori Castro, tras un saque de esquina (donde no solía fallar el Athletic) parecía mandarle a la sima y reaccionó como no se esperaba.

Era un partido contradictorio, en el que el Mallorca se adelantaba sin demostrar nada y el Athletic empataba en el borde del descanso, habiendo demostrado mucho. La apuesta de Caparrós era clara: meter kilos y kilómetros frente al presunto manoseo del balón del equipo insular. La presencia de Gurpegui en el costado derecho era una puesta muscular, para frenar al chori Castro, el principal abastecedor de los goleadores del Mallorca. Pero de pronto, sucede que Gurpegui se convierte en el futbolista decisivo, el que más tiene el balón, el que más progresa por la banda, el que la tiene y la toca. Y la toca tan bien como un balón magnífico a Toquero que el vitoriano se apresura a rematar, con más prisa que fortuna.

La apuesta resultaba, porque además, Nunes no acababa de ajustarle los tornillos a Llorente que le superaba por arriba y por abajo, y entre ambos le complicaban la vida a un Mallorca timorato, acongojado. Parecía un encuentro fácil para un Athletic que solo tenía que tirar de rodillo para ir socavando la resistencia de un equipo que debería ir a menos.

Pero se dejó el Athletic muchos pelos en la gatera, muchas ocasiones perdidas, y sobre todo una banda izquierda olvidada, que jugaba el partido a distancia, con un sonotone que le enviaba señales difusas. Tan difusas, que para una que tuvo Gabilondo, la erró, porque apenas había tocado el balón.

El Mallorca, con sólo dos partidos ganados, tuvo que interiorizar, tras el gol de Llorente, que iba a tener un mal día. Pero el fútbol estaba juguetón. Y en apenas cinco minutos liquidó el partido sin que el Athletic se hubiera ajustado las medias sobre el campo tras el descanso. Nunes, primero, y Aduriz, después, marcaron dos goles magníficos sin que los rojiblancos se hubieran asentado sobre el terreno de juego. Algo tenía que ver que el exprimido Javi Martínez no es iron man y no puede jugar toda la Liga a la misma velocidad de la misma manera que no le veo yo en Primera a los 75 años. Y porque Iturraspe, sustituido en el descanso, no es todavía un proyecto de líder que pueda darle aire a los pulmones de los demás.

El Athletic es el vivo ejemplo del esfuerzo y la efectividad. De lo primero, ayer resultó incuestionable; de lo segundo, adoleció en exceso. No puede el Athletic permitirse el lujo de malgastar lo poco que genera.

Y el Mallorca resultó un bróker agresivo. Marcó más de lo que buscó, pero marcó bien, justo, atinadlo, con un Aduriz excepcional que volvió a levantar la polémica en San Mamés. Unos pensarán que nunca debió irse. Otros, se lamentan de que un tipo por el que no te han pagado lo debido no debería jugar. Pero si hasta los árbitros admiten la picaresca, ¿qué se le puede pedir a los organismos diorigentes?

Lo único cierto es que el Athletic huyó ayer de Europa y le esperan tres plácidos encuentros. Si al final, resulta que Europa no es tan cálida en estos momentos. Y matemáticamente parece que aún es posible. Aunque la matemática también fue un invento griego. Lagarto.

Aduriz supera a Amorebieta en una jugada.
Aduriz supera a Amorebieta en una jugada.TXETXU BERRUEZO

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