Pellegrini: "Messi me da igual"

Los jugadores del Madrid están encantados con Manuel Pellegrini. Consideran que es un placer entrenar a las órdenes de un hombre tan pausado, tan inmutable, tan tranquilo. Dice Pellegrini, de 56 años, que esto es sólo una fachada, y que por dentro lo carcomen dudas e inquietudes. No dejó entrever ninguna preocupación este mediodía cuando salió a la sala de prensa de Valdebebas. El sol de la primavera le ha devuelto el color a ese rostro que durante los crudos meses del invierno recordó al de Bela Lugosi. "Siempre me preguntan lo mismo, pero yo no le tengo miedo a nada", dijo, cuando alguien quiso que explicara sus sentimientos ante un partido destinado a marcar su carrera. El clásico de mañana decidirá buena parte de la Liga y condicionará el proyecto que puso en marcha Florentino Pérez hace 10 meses. Pero a Pellegrini no le preocupa porque ya no puede hacer nada para cambiar su destino. Con la serenidad de un monje chino, el hombre dio a entender que está en manos de sus futbolistas... y de los futbolistas contrarios.

"Sólo pensamos en ser el Real Madrid de siempre", prosiguió el entrenador cuando le preguntaron por su planteamiento ante el Barcelona. "En la ida lo demostramos. Nunca nos mostramos agobiados en el Camp Nou. Entonces dije que iban a ver al Real Madrid hacer su fútbol, y eso es lo que sucedió". "Nosotros no dependemos del otro equipo", declaró. "Me da igual cómo ni dónde juegue Messi. Esa debe ser una preocupación de Guardiola, no mía. Siempre hemos ido a buscar el resultado desde el comienzo de la temporada, contra todos los rivales. Y esta vez no será una excepción".

Pellegrini dijo que los estilos de ambos contendientes son muy diferentes. El Barça elabora más y el Madrid, por falta de elementos con toque en la plantilla, tiende a buscar más rápidamente la portería contraria. "Hacemos un fútbol distinto", dijo, "pero cada uno es efectivo a su manera. El Barça ha demostrado ser el mejor equipo del mundo y nosotros estamos mejorando desde que empezó la temporada. Hacemos más goles que nadie y nos llegan muy poco a nuestra portería. Si queremos ganar, tendremos que hacer un gran partido. Al Barça le pasa lo mismo. Pero a mí lo que haga el Barça no me preocupa. Sólo me preocupa lo que hagamos nosotros".

El chileno se diferencia de Guardiola, el entrenador del Barça, en una cosa. Concede más valor a las actuaciones individuales que a las colectivas. Cuando le preguntaron qué pensaba hacer ante la aparición de un hombre como Messi, cuyo rendimiento es aparentemente independiente del resto del equipo, Pellegrini respondió hablando de su filosofía del juego: "El fútbol es un deporte colectivo, con un funcionamiento colectivo en el que tienen que aparecer las individualidades. Lo decisivo es la técnica, no la táctica. El Barça tiene a sus individualidades. Nosotros tenemos nuestras individualidades, con las que contamos para hacer daño al Barça".

A juzgar por lo que ha sido el juego del Madrid a lo largo de la temporada, Pellegrini planteará el partido para que su equipo se organice en defensa y librará a Cristiano y a Higuaín para que, individualmente, apliquen su instinto creativo en los últimos metros.

"He jugado 11 veces contra el Barcelona desde que estoy en España", concluyó Pellegrini. "No basta con conocer al rival ni con hacer un planteamiento táctico para funcionar colectivamente de una manera determinada. Después dependemos del rendimiento individual de cada jugador. Una cosa son los partidos en la pizarra y otra el rendimiento en el campo". Pellegrini adoptó una postura casi determinista. Fue como decir que el Madrid ha pasado el Rubicón. Todo lo que él podía hacer, ya se ha hecho. Mañana a las diez de la noche en el Bernabéu, el plan dará lugar al caos. Su suerte, y la del Madrid, ya está en manos de los dioses del fútbol.

Pellegrini no da por bueno un empate frente al Barça