Rienda mejora en la agonía de su despedida
La alemana Rebensburg da otro disgusto a la "armada" austriaca en el gigante
María José Rienda terminó mejor la agonía de su despedida. Acabó 38ª. Subió siete puestos en la segunda manga del gigante que debió suspenderse el día antes por la densa niebla que impedía la visibilidad. Pero siguió en su línea discreta, con más disculpa esta vez al bajar en una pista trillada ya por 44 esquiadoras. El duro precio a pagar como si fuera una del montón.
En lugar de seis, cedió cinco segundos a las mejores. No sólo a la alemana Viktoria Rebensburg, que le birló el oro a la frustrada "armada" austriaca, sino a compañeras de entrenamiento como la italiana Denise Karbon, que hizo el mejor tiempo para maquillar su otro desastre particular de la primera manga. Subió otros siete puestos, del 30º al 23º, pero ella sí demostró que lo suyo fue un error. Sigue en la élite. Lo de María José, aunque mejore su recuperación de las lesiones, aún es una incógnita a corto plazo, en lo que queda de Copa del Mundo, y más lejos, para los Mundiales del año próximo en Garmisch-Partenkirchen (Alemania). Seguir ¿para qué? Sólo por quitar tanto mal sabor de boca, de sus rodillas machacadas.
Carolina Ruiz volvió a estar mejor que la única esperanza española del esquí en las últimas olimpiadas. Subió del 35º al 34º puesto. Todo en la penuria casi generalizada en que sigue el deporte invernal español. Nada nuevo, pero repetido cada cuatro años. Andrea Jardí, que había superado también a Rienda en la primera manga, fue una de las cuatro que no terminó la segunda.
Se esperaba a Kathrin Hoezl, la mejor alemana, líder del gigante esta temporada en la Copa del Mundo, pero fue Rebensburg, la quinta. Dio igual. Incluso la veterana eslovena Tina Maze, ya plata en el supergigante, se la quitó a la austriaca Elizabet Goergl, que repitió así su bronce en el descenso cuando había hecho el mejor tiempo el miércoles.
Fue el solitario consuelo del país bandera alpino, que para sus expectativas, a falta de los dos eslalon, ha fracasado estrepitosamente en los Juegos. Sólo salvó un oro, y bastante inesperado, Andrea Fischbacher en el supergigante. Pero los hombres ni han subido al podio, algo asombroso.
Kathrin Zettel, la mejor austriaca en la prueba durante la temporada, segunda del ranking tras Hoezl, sí la superó en Whistler, pero no pudo mantener su tercer tiempo de la víspera, un teórico bronce que anunciaba un copo de podio para su país. Bajó al quinto lugar, por detrás de la suiza Fabienne Suter, apenas cinco centésimas mejor que Hoezl, sólo décima en la primera manga y que también lo pagó.
Pero Alemania, paso a paso, continuó su camino hacia el liderato en el medallero de los Juegos, tras alcanzar al escapado, Estados Unidos. Con la del gigante ya tiene más medallas de oro.
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