España pierde la imbatibilidad ante Polonia
El equipo español cayó de forma estrepitosa frente a los hombres de Wojtan Wenta y compromete sus opciones de semifinales
La primera derrota de la selección española en el Europeo de Austria llegó de la forma más inesperada. Podía perder, eso es evidente, pero no de la forma como lo hizo ante Polonia. La selección de Rivera no sólo perdió la imbatibilidad, sino que nunca consiguió dar la imagen de equipo y de seriedad que había ofrecido en toda la primera fase. Se atrapó en sus propios errores y fue incapaz de reaccionar. Cayó de forma estrepitosa y perdió por 26-32. La derrota resultó muy dolorosa y compromete las opciones españolas de clasificarse para las semifinales. España necesita imperiosamente ganar sus próximos dos partidos, pero eso no le concedería matemáticamente el pase, dependería de otros resultados.
España 26 - Polonia 32
ESPAÑA: Hombrados (Sierra), Gurbindo, Prieto (1), Tomás (3), R. Entrerríos (2), Ugalde, Morros -siete inicial-, A. Entrerríos (2), Garabaya (1), Aguinagalde (2), Juanín (3), Romero (8, 7 de penalti), Rodríguez, Malmagro (4) y Mikel. Exclusiones: Rodríguez y Prieto.
POLONIA: Szmal (Wyszomirsk), Jaszka (3), Bielecki, Zoltak (1), Jurecki (6), Jurasik (5), K. Lijewski (3) -siete inicial-, M. Lijewski, Kuchczynski (2), Jachlewski (2), Siodmiak (1), M. Jurecki (3), Tluczynski (3), Jurkiewicz y Rosinski (3). Exclusiones de Siodmiak (dos veces), Zoltak, Jurecki (dos veces).
Marcador cada cinco minutos: 2-3, 3-5, 5-7, 6-9, 7-12, 9-13 (descanso). 12-16, 16-20, 18-25, 21-27, 22-30 y 26-32.
Árbitros: Olesen y Pedersen (Dinamarca)
Unos 5.000 espectadores en el Olympiahalle de Insbruck.
El primer tiempo transcurrió sin que España lograra sentar la cabeza en la pista. No había forma de que las cosas funcionaran en ataque y la portería estaba por debajo de sus niveles habituales. Rivera, el seleccionador español, buscaba desesperadamente soluciones que no aportaban la efectividad deseada. Probó con sus dos centrales, Raúl y Chema Rodríguez, les cambió a los laterales, sentó a Gurbindo y colocó a Iker Romero, los combinó a ambos con Alberto Entrerríos -que celebraba su partido 200º- y, al final, optó por una primera línea formada por los dos Entrerríos y Malmagro en la derecha. Tampoco funcionó. La buena noticia fue que el equipo llegó al descanso con sólo cuatro goles de desventaja (9-13).
Sin embargo, la mala noticia llegó poco después, porque la llegada del segundo tiempo no enderezó la situación. Valero replegó a sus hombres en una defensa en 6-0 y llegó incluso a recurrir a sus dos centrales en la primera línea. Pero las cosas no se arreglaron. No parecía haber solución. El equipo había perdido el equilibrio que tuvo en los dos primeros partidos y no tenía la capacidad de reacción que demostró contra Francia en el tercero. La conclusión fue terrible. Polonia no necesitó hacer un gran partido para acabar con la imbatibilidad de España en este Europeo. Jugó con su potente primera línea y buscó el pivote con asiduidad, sin que la defensa española atinara a cerrar los huecos.
Un mal presagio para las dos jornadas que quedan en esta segunda fase, con partidos ante Alemania y Eslovenia. España necesita recuperar el tono defensivo y la calidad que ha esgrimido en ataque en partidos anteriores. Sin embargo, le espera la fase más dura de su participación. No sólo por sus rivales, sino porque ahora su entrada en semifinales no sólo depende de sus resultados. El goal average de este encuentro podría perjudicarle en caso de triple empate.
La jornada ofreció la práctica eliminación de Alemania, que perdió ante Francia por 24-22. Con un punto, sus opciones de clasificarse son inexistentes. Mientras que Francia dio ayer un salto de calidad y se coloca con cinco puntos a pesar de no haber encontrado su mejor línea de juego, la que le permitió ganar consecutivamente los JJOO de Pequín en 2008 y el Mundial de Croacia en 2009.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.