Cara y cruz para España Cara y cruz para España
La selección de Rivera gana a la República Checa, pero pierde por lesión a su portero Sterbik.-Sierra, el guardameta llamado de urgencia, no podrá jugar hasta la segunda fase
Había dudas sobre la solvencia de España, pero parte de ellas quedaron disipadas. El primer problema de la selección de Valero Rivera era la necesidad imperiosa de vencer a la República Checa para asegurarse prácticamente el pase a la segunda fase y también para olvidarse del amargo regusto del Mundial de Croacia 2009. "Precisábamos este triunfo", aseguró Rivera, "pero lo que más me satisface es cómo lo hemos logrado".
Lo más positivo fue la entereza que demostró el equipo cuando a los cuatro minutos perdió por lesión a su mejor portero, Sterbik. El serbio de origen, de 30 años y que debutaba, sufrió una rotura en el sóleo de la pierna izquierda que le supone el adiós a la competición —Rivera convocó urgentemente a Sierra, del Valladolid, pero por las reglas del torneo no podrá jugar hasta la ronda siguiente, con el riesgo que ello entrañaría si Hombrados se lesionara—. Fue una situación complicada porque a España le estaba costando superar al rival. Pero supo reaccionar y solventar la desgracia sin perder los nervios.
España 37 - R. Checa 25
ESPAÑA. Sterbik (Hombrados), Gurbindo (1), Tomás (5), Aguinagalde (3), Juanín (5), Romero (14, 7 de penalti) y Rodríguez (2) -siete inicial-. A. Entrerríos (2), Garabaya, R. Entrerríos (2), Ugalde (1), Malmagro (1), Mikel (1) y Morros. Exclusiones: Garabaya (2 veces), Prieto, Gurbindo, Tomás y Morros..
R. CHECA. Stochl (Galia), Nocar (1), Vrany (5), Kubes (1), Jicha (8, 4 de p.), Filip (2), Hynek -siete inicial-. Vitek (2), Mickal (2), Zdrahala, Piskac, Sobol, Mraz (1), Stehlik y Sklenak (2). Exclusiones: Vrany, Sklenak, Jicha, Nocar, Hynek y Kubes.
Marcador cada cinco minutos: 3-2, 4-4, 6-7, 10-10, 12-10, 17-10 (descanso). 20-13, 24-15, 28-18, 30-20, 32-24, 37-25.
Árbitros: Din y Dinu, Rumanía.
Durante toda la semana, el ex técnico del Barça había estado preparando el duelo. La cuestión era frenar al lateral Jicha y en los partidos preparatorios ya estuvo ensayando una defensa con Víctor de avanzado. El trabajo defensivo del extremo azulgrana fue encomiable. Lo sacrificó todo para cerrar los espacios del lanzador y consiguió que sólo marcara cuatro goles en juego, pues los restantes fueron de penalti. Sin embargo, la entrega de Víctor no habría bastado si el resto de la defensa no hubiera logrado asentarse y ayudar a tapar los huecos.
Ése fue uno de los principales logros de la selección. Rivera proclama que ahora hay equipo, que la gente está unida dentro y fuera de la pista. Sólo de esa forma se consigue que esté por encima de las individualidades. La defensa funcionó. Tuvo fases de desconcierto al principio, cuando la necesidad de demostrar su calidad atenazaba todavía a los jugadores, y al final, cuando el partido estaba ya decidido y el juego se convirtió en un correcalles.
Pero todo ello ayudó a mostrar una cara nueva y ser resolutivos tanto en la defensa como en los contraataques. En éstos, Iker Romero en su misión de lanzador (14 goles y no falló ni un penalti), Víctor y Juanín resultaron decisivos. Pero también lo fueron para el juego el novato Gurbindo, el pivote Aguinagalde y el veterano central Chema Rodríguez. Ahora se trata de refrendar hoy, ante Hungría, las buenas impresiones.
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