Davydenko, por fin

Nicolay Davydenko jugará mañana la final de la Copa de Maestros contra el vencedor del Robin Soderling-Juan Martín del Potro porque acaba de ganar a Roger Federer por 6-2, 4-6 y 7-5 . Eso, en tenis, es lo más parecido a un cataclismo: el ruso había perdido los 12 encuentros precedentes contra el jugador suizo.

Davydenko está en la final de los maestros porque sus argumentos han nacido para expresarse con la máxima contundencia sobre pista rápida y bajo techo. El número siete del mundo, que se perdió más de tres meses de competición al arrancar 2009, ataca la pelota más rápido que nadie. Eso le permite contrarrestar su falta de músculo y sustituir la potencia por la velocidad. La pelota de Davydenko no corre, vuela.

Conocidas las armas del rival, Federer nunca ha encontrado su sitio. Arrollado en la primera manga, que duró 29 minutos, el número uno del mundo, que ha firmado un final de curso discretísimo (ausencia en la gira asiática; derrotas en la final de Basilea y en su primer partido en el torneo de París), sumó 30 errores no forzados por 21 del contrario. De ahí al final, Federer se dedicó a la supervivencia. Estuvo a dos puntos de ganar el partido (5-4 y 0-30 en la tercera manga), y perdida la opción del break, cedió inmediatamente su servicio. Quince minutos después, ya estaba atendiendo a la prensa. Quería marcharse de Londres a toda prisa y celebrar que ya no le queda ningún partido que jugar este año: "¡Es la última rueda de prensa!"