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LIGA | BARCELONA 6 - ZARAGOZA 1

Esplendor en la hierba

El Barça recupera su mejor versión y con un juego espléndido arrolla al Zaragoza

A las penas, puñaladas, y frente a las dudas, goleada. Al Barcelona le encantan los retos, y se le pedía una respuesta inequívoca a la derrota contra el Rubin Kazan y al empate de Mestalla, como si la excelencia obligara a resolver los partidos con la gorra en medio de un guateque, imposible desafinar incluso en los días laborables. Los azulgrana contestaron con media docena de goles exquisitos contra el Zaragoza. La suya fue una actuación solemne, en la línea de las mejores de la temporada pasada , cuando el triplete se anunciaba y después se cantaba.

No hay equipo en el mundo más generoso con el fútbol que el Barcelona, protagonista de partidos memorables, tan respetuoso con el adversario como con la pelota, reconocible incluso en las situaciones más adversas. Prendió de nuevo la mecha del fútbol en el estadio azulgrana. Adiós tristeza. Volvió a sonar la orquesta, y los violines combinaron tan bien con los percusionistas que el encuentro salió redondo. La jornada no se acabó hasta que marcó Messi, como debía ser para que la fiesta fuera completa, después de un triplete de Keita y una exhibición de Ibracadabra Ibrahimovic.

Barcelona 6 - Zaragoza 1

FC Barcelona: Valdés: Puyol, Chygrynskiy, Piqué (Márquez, min.72), Maxwel; Xavi (Jeffren, min.83), Sergio, Keita; Messi, Ibrahimovic (Bojan, min.72) e Iniesta.

Zaragoza: Carrizo; Pulido, Pablo Amo, Pavón, Paredes; Gabi, Abel Aguilar; Jorge López, Ander Herrera (Songo'o, min.77), Pennant (Lafita, min.61); y Arizmendi (Ewerthon, min.68).

Goles: 1-0, min.24: Keita. 2-0, min.29: Ibrahimovic. 3-0, min.41: Keita. 4-0, min.56: Ibrahimovic. 4-1, min.77: Lafita. 5-1, min.80: Messi. 6-1, min.40: Keita.

Árbitro: Paradas Romero, del comité andaluz. Mostró cartulina amarilla a Gabi (min.28) y Abel Aguilar (min.38).

Incidencias: partido correspondiente a la octavo jornada de la Liga, disputado en el Camp Nou, ante 75.653 espectadores, según datos facilitados por el Barça.

El mejor partido del curso llegó en el momento preciso para el Barcelona, cuando su fútbol estaba bajo sospecha, en el momento en que se murmuraba sobre su plantilla y su juego. Reapareció la mejor versión azulgrana. Volvieron los barcelonistas a ensanchar el campo para ser profundos, la velocidad de ejecución del juego fue prodigiosa y el efecto del pase multiplicador fue manifiesto desde el portero a los extremos.

Agradeció el Barcelona la alineación de Busquets como volante central y la posición de Iniesta en el extremo izquierdo, porque mejoraron la mecánica del juego del equipo y permitieron que volviera a funcionar la pareja Ibrahimovic-Messi, dos futbolistas excelentes en lo suyo y que, a cambio, no siempre mezclan bien, sobre todo en los partidos mal atacados o con poco tiro. Anoche jamás se estorbaron en el Camp Nou sino que se entendieron estupendamente, siempre bien apoyados por los volantes, punto y final de una excelente actuación coral.

Alrededor de la figura de Ibrahimovic, asistente cuando jugaba de espaldas y liquidador en el momento que enfrentaba la portería, el Barça desplegó media hora de fútbol sensacional, rematada con dos goles a balón parado, uno a la salida de un córner y el segundo en un libre directo transformado por el propiodelantero sueco con un remate que dobló las manos de Carrizo. Así de caprichosos son los guiños del fútbol. El equipo más armónico del último mes había necesitado de las jugadas de estrategia para marcar las diferencias en el marcador.

El tercer gol se agradeció precisamenteporque premió el sincronizado fútbol colectivo azulgrana, siempre aseado, bien desplegado y a menudo rematado a gol: Xavi profundizó desde la línea de tres cuartos para Ibrahimovic, desmarcado en el flanco izquierdo, y el centro del delantero centro al segundo palo lo puso Keita en la red. Llegado el descanso, la hinchada se felicitaba por el reencuentro con su añorado equipo, de nuevo reconocible y admirable, otra vez goleador, una cosa que últimamente había sido puesta en duda seriamente por los resultados. A un toque, los azulgrana se arrancaban desde su cancha con un despliegue tan armónico como veloz. La línea de pase quedó marcada de área a área tanto para el rival como para el público. Busquets se plantó como un libre para dar salida a la pelota e Ibrahimovic remató en el portal maño la jugada tejida por los interiores, los extremos y los laterales. Los movimientos de los delanteros fueron tan nítidos como las llegadas de la segunda línea, personificada en Keita, un jugador extraordinario por su despliegue físico y su capacidad para leer el fútbol de su equipo.

Acostumbrados a enfilar por la banda derecha, los barcelonistas alcanzaron a menudo la cancha contraria por el flanco izquierdo, con Maxwell, Iniesta e Ibrahimovic. Apenas se reparó en la ausencia de Alves, lesionado, aunque Puyol cruzó pocas veces la divisoria. El juego azulgrana tuvo ritmo, la circulación de pelota fue alta y los detalles de los futbolistas resultaron exquisitos: la aceleración de Messi, la sutileza de Iniesta, la profundidad de Xavi, el repertorio infinito de Ibrahimovic, la naturalidad de Busquets.

Todos los deseos del barcelonismo se cumplieron, incluso el gol de Messi, que picó la pelota sobre la salida de Carrizo, circunstancia que habla de la ambición e intensidad del equipo de Guardiola. Marcó la pulga, Keita alcanzó un triplete e Ibra culminó su actuación con otro tanto excelente. Una noche, por fin, a pedir de boca.

Vídeo: ASTV

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