Madrid abandona a Federer
El suizo elimina a Blake sin apenas espectadores en la grada
Ocurrió a las 14.00, con la Caja Mágica desierta, gobernada por el viento y el frío, triste y desolada: Roger Federer ha ganado a James Blake (6-2 y 6-4) para clasificarse para los cuartos de final, donde le espera el ganador del Nikolay Davydenko-Andy Roddick. El reclamo del número dos del mundo, un hombre de golpes mágicos con un historial probablemente irrepetible, no fue suficiente. Hasta su partido no se acercaron más de 3.000 espectadores. El palco de presidencia estaba vacío. Los VIP no habían salido aún de sus imponentes comidas. Los periodistas debían estar con otras cosas. Y el público de la grada general, ése que no viene en traje y corbata, el que viene a ver tenis y aprecia tener en Madrid al ganador de 14 grandes, aún estaba en el trabajo. Federer llegó, ganó, y se marchó como había venido: rodeado de silencio.
La ausencia de público provocó escenas sorprendentes. Blake cometió una doble falta, desconcentrado por un móvil, y se le escuchó amonestar a los espectadores. Federer, por momentos excelente, dejó llegar hasta la grada sus gruñidos. Soplaba el viento y se levantaban huracanes de tierra. Tan familiar andaba el asunto, que hasta sobró el juez de silla: los dos jugadores, como en los viejos tiempos del tenis, cuando el deporte era mezcla de técnica y etiqueta, se arbitraron mutuamente las bolas dudosas, sin más intermediarios.
La victoria de Federer tuvo algo de rutinaria. A la única exigencia del partido, bola de break para Blake en la primera manga, respondió con dos aces consecutivos. El ex número uno afila sus armas ahora que se acerca el fin de semana. Es una gran noticia para el torneo.
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