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GOLF | Masters de Augusta

Lección de Olazábal a Sergio García

El vasco y Jiménez bajan del par mientras el castellonense vuelve a culpar al campo

Por eso de defender el territorio ante los jovencitos que inundan el circuito, a Phil Mickelson (un jugador que tiene 38 años y tres grandes y es número dos mundial; vaya, un tipo respetable) le vistieron como un adolescente de 16 años en la primera jornada del Masters de Augusta.

La camiseta negra ceñida y el cinturón blanco no le favorecían nada. A Jiménez y Olazábal, tipos también serios, no les engañaron. Los modelitos, para los maniquís. Lo suyo fue simple sobriedad delante del armario y en el campo. Mientras amenaza la revolución adolescente, ellos a lo suyo. Viéndoles caminar juntos, uno sabe que no hablan de los fans y la fama, sino de la pendiente de ese hoyo o lo difícil que está la bandera en ese otro. Cosas de las que ocuparse de verdad en Augusta si se pretende sobrevivir.

RESULTADOS

Clasificación tras la 1ª jornada:

1. C. Campbell (EEUU), 65 golpes (siete bajo el par).

2. J. Furyk (EEUU) y M. Hunter (EEUU), 66.

20. M. Á. Jiménez, 70. T. Woods (EEUU), 70.

28. J.M. Olazábal, 71.

30. R. McIlroy (Irl), 72.

51. S. García, 73. C. Villegas (Col), 73.

90. Á. Quirós, 78.

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Jiménez acabó tan contento con su reluciente tarjeta de dos bajo el par que hasta contó un chiste, uno sobre pedos, ante las cámaras. "El par aquí es bueno, así que esto es maravilloso", dijo el pisha, muy sólido en un día en que el campo estuvo por una vez "asequible". Lo aprovechó también Olazábal, en su mejor versión de los últimos meses, "encantado" con el resultado (-1), sabedor de que a Augusta no se viene de paseo, sino a retorcerse. Fue ejemplar ver cómo se agarró al campo en los últimos hoyos del día. Una lección que no ha aprendido Sergio García pese a que no es un niño. Con dos bogeys en los tres últimos hoyos, el castellonense (+1) volvió a echarle la culpa al empedrado: "Las cosas no cambian, no es la primera vez en este campo, si paso el corte ya es mucho...". El mismo discurso pesimista de siempre.

Quien no buscó excusas fue Álvaro Quirós, que descubrió la crueldad de Augusta con el debutante (seis sobre el par). A no ser, claro, que seas un genio como el norirlandés Rory McIlroy, en el par como si nada. Al acecho se quedó Woods: -2.

La buena salud de los veteranos fue un bonito guiño para Ballesteros el día en que cumplía 52 años -Olazábal le llamó para regalarle "una vuelta decente"-. Hasta nueve cincuentones compañeros de quinta compiten en Augusta, como Langer, Norman, Lyle y Woosnam. Y Larry Mize (50) hizo unos sorprendentes 67 golpes. La vieja guardia aún da lecciones.

Olazábal, durante la primera jornada del torneo.
Olazábal, durante la primera jornada del torneo.EFE

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