Contra el dopaje tecnológico
Las federaciones europeas protestan contra el diseño de los nuevos bañadores ante la meteórica rebaja de marcas
No es una casualidad, ni los nadadores han multiplicado su rendimiento. O al menos, así lo entienden los entrenadores de diversas federaciones europeas que han trasladado una protesta ante la FINA. Según ellos, el diseño y los materiales empleados en la confección de la nueva generación de trajes de baño influyen decisivamente en la consecución de grandes marcas. En apenas seis semanas, han caído más de quince récords del mundo, y los resultados de Amaury Leveaux en los recientes Campeonatos de Europa celebrados en Rijeka, en los que batió cuatro récords mundiales, así lo han constatado.
El rotativo británico The Independent recoge la noticia en su edición digital de hoy. El seleccionador británico de natación, Dennis Purlsley, lidera una "revuelta" en la que participan otros catorce entrenadores que han manifestado, vía escrita, su disconformidad con los avances tecnológicos del modelo de Speedo LZR Racer y la desmesurada rebaja de marcas que se ha producido desde su introducción. El francés Leveaux, embutido en dicho modelo, se convirtió en el primer nadador que bajó de la barrera de los 45 segundos en los 100 metros libres con un tiempo de 44.94. Un tiempo casi dos segundos mejor que el obtenido por el anterior récordman de la disciplina, el ruso Alex Popov, hace trece meses.
El artículo de The Independent expone que los paneles de poliuretano empleados en los nuevos bañadores mejora el rendimiento de los nadadores. El resultado de la combinación de dichos paneles con el neopreno les permite ser más rápidos y oponer menos resistencia al agua. Según Pursley, "se degradan los registros y creo que estamos superando una línea peligrosa". La FINA, organismo que regula la natación internacional, está dispuestas a entablar conversaciones con las federaciones y los fabricantes de los nuevos modelos en los dos próximos meses. "Existe un gran consenso entre los preparadores que entienden que deben regularse una serie de aspectos mínimos. En el caso de que se apruebe el uso de determinados modelos, deben estar disponibles para todos los equipos, todos los atletas, como mínimo doce meses antes de competir".
El reglamento de la FINA establece que dichos dispositivos no inciden en la flotabilidad, la velocidad y la resistencia, sino que simplemente se tratan de trajes de baño. Ahora, Pursley quiere que el organismo recoja sus quejas. "Se está abriendo una puerta para ir en una dirección completamente distinta que posiblemente pueda beneficiar a determinados equipos. Por último, The Independent aporta una serie de datos sobre "la ciencia de la velocidad", como que la NASA ha colaborado en la confección de los bañadores, que 400 atletas de élite han participado en las pruebas con el fin de desarrollar un modelo eficiente y que los nadadores efectúan un cinco por ciento menos de esfuerzo para conseguir la misma velocidad.
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