Hamilton, una 'pole' de veterano

Sin apelar a la suerte, con la paciencia propia de un veterano, el líder del Mundial, Lewis Hamilton, se adjudicó hoy la 'pole position' en el circuito belga de Spa. Superó el trámite de las dos primeras tandas sin sobresaltos y dio menos vueltas que ningún otro piloto en pista (12). No le importó que Kovalainen mejorara su registro, e incluso que Sebastian Bourdais se colocara primero en los últimos segundos de la Q1. Dentro del box esperó su momento, estudiando el circuito, las telemetrías y los rivales. De las tres rondas sólo vale la última, así que reservó fuerzas y motor y, con el semáforo en verde, se lanzó sin miramientos a por su quinta 'pole' de la temporada. Nadie pudo pararlo (1m47.338s). Incluso Felipe Massa, el único que pudo hacerle frente, se quedó a más de tres décimas.

Fue bonita la pugna por la primera posición de la parrilla. A dos minutos para el cierre del cronómetro, la referencia de Lewis Hamilton marcaba 1m47.973s, la primera marca del día por debajo del minuto y 48 segundos, pero el brasileño no daba la lucha por perdida. Leyó los últimos datos y salió de su garaje el primero. Rebajó el tiempo de su rival en más de una décima en el primer sector y Hamilton respondió marcando una cifra inferior; rampante como su cavallino, el sudamericano siguió exprimiendo su motor en el segundo parcial y recortó algo más de dos décimas, pero el británico no se achicó, y volvió a firmar un mejor registro. Al final, el paso por meta fue tras 1m47.678s, demasiado poco para un Hamilton implacable, y tuvo que contentarse con la segunda posición.

Por detrás, la lucha tendrá nacionalidad finlandesa. Heikki Kovalainen, tercero, arrebató el bronce a su compatriota rascando casi dos décimas al Ferrari de Kimi Raikkonen. El vigente campeón del mundo volvió a perder fuelle en las pruebas a una vuelta (1m47.992s) y correrá mañana con la disyuntiva de pelear por un nuevo Mundial o, como desveló su equipo, ayudar a su compañero si las cosas apuntan a que Massa es el candidato rojo al título. De una forma u otra, la salida de mañana será un envite con McLaren por delante y con Nick Heidfeld en su retrovisor.

El alemán, quinto, cierra el oligopolio en la parrilla. Con Robert Kubica en la octava posición, la sexta plaza fue para un Fernando Alonso satisfecho, esperanzado, sabedor de que la lluvia y el caos pueden catapultarle hacia el podio por primera vez esta temporada. Mientras todos huyen del caos, Alonso lo invoca, porque sobre mojado su Renault se convierte en un coche competitivo, capaz de codearse con Ferrari y McLaren, algo imposible si la carrera se desarrolla sobre seco.

Spa, el lugar perfecto para las sorpresas

"Hubo veces que rodé con el depósito casi vacío y quedé quinto o sexto", declaró Alonso en los últimos entrenamientos. El bicampeón asturiano transmite optimismo hasta el último momento, pero si la lluvia no moja el asfalto, mantener un ritmo durante las 44 vueltas que dura el Gran Premio será una gesta muy difícil para un Renault que sigue sin encontrar su lugar en carrera.

La 'pole' dejó sorpresas y avisos. Mark Webber (Red Bull) cerró el día en la séptima plaza después de rozar la calamidad en la primera tanda de calificación. El piloto australiano acompañó hasta la última vuelta a Fisichella, Nakajima, Button y Adrian Sutil en el grupo del minuto y 48 segundos marcando 1m47.270s fuera de tiempo. Mañana partirá por detrás de Alonso y por delante de Kubica, de nuevo víctima de sus altibajos.

Pero si Webber fue la sorpresa, Toro Rosso fue el aviso. El motor Ferrari confirmó la buena progresión que vive la escudería italiana y, aunque terminó última, podría protagonizar la sorpresa si su estrategia es a una sola parada y el pronóstico de precipitaciones se cumple. Una vez más, para que Spa rememore viejos espectáculos y la Fórmula Uno no se convierta en un circo de dos, pilotos y aficionados deberán apelar al desconcierto, bien sea en forma de lluvia, interrupción o coche de seguridad.