La historia alerta a Hamilton
El británico liderará McLaren con la tarea de mantener el nivel en su segunda temporada como piloto de la máxima categoría
Aunque los ingenieros de la Fórmula Uno traten de controlar al milímetro cada componente de los monoplazas y los pilotos se esfuercen para sacar el máximo partido a su potencial, el circo, como cualquier otro deporte, tiene sus supersticiones y maleficios. El "síndrome de la segunda temporada" es uno de ellos, y quizá uno de los más temidos por la dificultad de erradicarlo. Con el tiempo, la experiencia del piloto ha aumentado, pero a un gran debut no siempre le sigue otro año de éxitos, y, a veces, donde los equipos pusieron esperanzas, los pilotos dejan malos resultados.
"En tu primera temporada todo el mundo te quiere", advierte Mark Webber, uno de los corredores más veteranos y experimentados de la parrilla. Si este año se da el caso, McLaren será el equipo que más padezca el embrujo. Los pilotos Lewis Hamilton y Heikki Kovalainen afrontan su segunda temporada con optimismo, pero ya no serán los novatos de 2007. El nivel exigido será mayor, sus errores serán más reprochables y la presión de correr para un gran equipo aumentará la presión dentro del box si los resultados no acompañan. Hamilton no tiene miedo, pero, ¿será capaz de superar sin Alonso los números del año pasado o volverá a defraudar, víctima de sus errores?.
El circuito de Albert Park pondrá la primera respuesta de un dilema de 18 preguntas (una por cada cita del calendario) que, si sigue los pasos de la temporada anterior, no se resolverá hasta el final. No bastará con ir rápido; templar los nervios en las situaciones límite, medir los neumáticos y el combustible y aprovechar cada error del adversario será crucial para escalar en la clasificación. Entre tanto candidato -Alonso promete serlo, Massa y BMW quiere despegarse de los cuartos puestos- sólo quien esté a la altura obtendrá el reconocimiento de los campeones.
A priori, Ferrari es el equipo más evolucionado del paddock, seguido de McLaren, Renault y BMW, y por ello el principal candidato a batir en la prueba de Melbourne. En Mercedes no han acusado demasiado la marcha de Alonso en la puesta a punto del coche, y aunque el MP4-23 es indudablemente rápido, la falta de experiencia que aportaba el asturiano dentro del garaje -que Hamilton aprovechaba en su beneficio- puede ser el peso que equilibre la balanza fuera de él, pero siempre por detrás de la Scuderia. Hamilton correrá liberado del bicampeón, pero presionado por la tarea de pelear el campeonato y evolucionar un equipo al mismo tiempo, algo que podría repercutir negativamente en sus resultados.
Renault, recuperando el tiempo perdido
En cuanto a Renault, Flavio Briatore ya ha puesto un parche antes de que comience el Mundial: "el trabajo de reconversión de un equipo estancado en 2007 empezaría a dar fruto, como mínimo, en Montmeló", advirtió el patrón. La firma del rombo no espera demasiado del R28, pero Alonso no se dará por vencido pese a que el monoplaza no rinda como debe. Asiduo a dar sorpresas, el asturiano aprovechará el nuevo alerón trasero con forma de ala de gaviota (nunca visto en el coche) para rascar décimas al crono y colarse en los puestos de cabeza en cualquier desliz de sus rivales. El ovetense sabe que cada carrera es una final, y que desaprovechar una de ellas puede echar por tierra la labor de toda una temporada.
Dos cosas se mantendrán dentro de lo previsible: una, que los resultados no podrán predecirse; otra, que Melbourne acogerá la Fórmula Uno por última vez desde que abriera sus puertas en 1996. El británico Bernie Ecclestone, dueño de los derechos, ha condenado la cita australiana por la insistencia de su organización la organización adaptar la carrera al horario nocturno y su horario a la emisión europea (14:00 horas). Otro trazado inaugurará a partir de ahora el Mundial, pero ya no se repetirán las frenadas de Albert Park, ahora más espectaculares que nunca al no tener los pilotos el control de tracción. La Fórmula Uno se despide del continente, después de haber acogido también pruebas en Adelaida. Ya no habrá más madrugones.
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