Diez mujeres intentarán la primera expedición femenina al Everest

Hasta ahora, la montaña más grande del mundo, el Everest, ha sido territorio principalmente masculino. Una expedición de diez mujeres de diferentes regiones de Nepal, entre ellas una adolescente de 17 años, han organizado la primera gran expedición femenina a la cima del mundo. Será en abril cuando Nima Doma Sherpa, nacida a los pies del pico, ascienda los 8.850 metros y entre en la lista de las mujeres más jóvenes en llegar a lo más alto.

Desde pequeña, Nima Doma Sherpa mamó de sus padres y hermanos la pasión por las montañas. "Yo también quería conseguir algo y escalar desde que era muy pequeña", explica Sherpa, que se recuerda haciendo "trekking" junto a ellos. Aunque en el pasado se han organizado pequeñas expediciones femeninas, pocas mujeres han ascendido hasta ahora al techo del mundo, donde es habitual ir acompañado por experimentados guías de la región.

"Estoy muy contenta de escalar la montaña. Si la suerte está conmigo y las condiciones meteorológicas lo permiten, espero llegar a la cima", dice Sherpa. Pero la joven expedicionaria no ha tenido otra experiencia similar y tan sólo ha hecho un curso de entrenamiento de 35 horas. "Hay muchos escaladores en expediciones comerciales que suben la montaña sin ninguna experiencia anterior, pero estas chicas ya han tenido un entrenamiento previo", asegura un ayudante de la expedición, Da Gombu Sherpa, veterano escalador con más de 30 a años de experiencia a sus espaldas.

Además de él, también irá con la expedición Pemba Dorje Sherpa, que ostenta el récord mundial en la ascensión al Everest, una hazaña que logró en tan sólo ocho horas y diez minutos. "Tienen una gran experiencia y con su ayuda podemos tener éxito", dice la joven de 17 años. También entre las expedicionarias se encuentran experimentadas escaladoras, como Sushmita Maskey, de 28 años, que en 2005 llegó a los 8.800 metros y no llegó por 50 metros a la cima del mundo. "Tuve mala suerte entonces porque la gente que venía conmigo no fue de ayuda. Pero desde entonces siempre he querido volver para llegar a la cima", explica Maskey.

En principio, "la expedición empezó con tan sólo seis personas pero, poco a poco, más mujeres se interesaron", señala. Se llegó hasta un total de 13, pero tres se echaron atrás por motivos personales y finalmente quedaron diez miembros para una expedición que, antes de acometer la ascensión al techo del mundo, llegará a la cima del pico de Island, a 6.160 metros de altitud.

Aún sin financiar

Maskey espera que esta expedición abra la puerta a otras peregrinaciones. Por ahora, la primera de ellas está financiada, al menos la cuarta parte, por el Programa de Desarrollo de la ONU y el Programa de Alimentos de la ONU (WFP). A su vez, las escaladoras, en nombre de Naciones Unidas, abanderarán la lucha contra el cambio climático en su ascensión.

"Es un ejemplo de cómo los alimentos para escuelas que da WFP pueden animar a la asistencia escolar y de lo que la nutrición infantil puede hacer", asegura un representante de WFP en Nepal, Heather Sutliff. Sin embargo, las jóvenes escaladoras aún tienen que conseguir la mitad del coste de la expedición, que asciende a 203.392 dólares. "Si no podemos conseguir el dinero, tendremos que pedir préstamos", dice Maskey.

Aunque el Everest no es considerada una montaña especialmente difícil, las condiciones climatológicas son un factor que acostumbra a determinar el éxito de una expedición. Unas 2.000 personas han ascendido el Everest desde que el neozelandés Edmund Hillary, que falleció el pasado 11 de enero, y el "sherpa" Tenzing Norgay lo hicieran por primera vez el 29 de mayo de 1953. La japonesa Junko Tabei se convirtió en la primera mujer en subir el Everest en 1975 y siete mujeres nepalíes lo han vuelto a hacer desde 1993.