Gilles Villeneuve, piloto, mito y circuito

El periplo americano de la temporada de Fórmula Uno supondrá el inicio de un paréntesis crucial (hasta el regreso a Europa) que puede evidenciar la tónica automovilística de aquí al resto de la temporada. El circuito canadiense de Gilles Villeneuve se convierte esta vez en un nuevo escenario donde McLaren intentará ratificar su superioridad una vez más, al tiempo que Ferrari, con ganas de revancha, intentará hacer los deberes y no dejar escapar el liderato de la escudería angloalemana. Demostrar que lo ocurrido en el enlatado de Montecarlo no es más que un mero espejismo. Y todo ello envuelto en un aura de homenaje a Gilles Villeneuve, cuando se cumple el 25 aniversario de su muerte.

Después de una semana de polémicas suscitadas a raíz de unas desacertadas declaraciones de Lewis Hamilton tras el GP de Mónaco, que derivaron en investigaciones absurdas de la FIA e incluso especulaciones sobre una posible expulsión de McLaren Mercedes del Mundial por infringir la prohibición de dar órdenes de equipo, la clasificación mantiene a Alonso compartiendo liderato (38 puntos) con su compañero de equipo, a cinco puntos de Massa y a 13 de Kimi Raikkonen. De nuevo el español será el máximo favorito en el circuito canadiense, donde ya reina desde el año pasado, aunque la competencia sea ahora mayor.

El hambre de podio de Hamilton aún no se ha saciado, y las posibilidades de adelantamiento que proporciona la vuelta a los trazados convencionales podrían suponer el ascenso del novato al primer cajón por primera vez; algo que "haría feliz" a Norbert Haug, director de competición de McLaren. No obstante, los dos pilotos de Ferrari no han claudicado, y han augurado buenos resultados en un circuito que sigue siendo territorio talismán de la 'Scuderia' (Michael Schumacher posee el récord de victorias, siete en total). Sólo una victoria contundente certificaría que la apabullante victoria de las 'balas plateadas' en la cita pasada se debió a la imposibilidad de adelantar.

Kimi, a desquitarse

Al igual que Alonso, Massa buscará su tercera victoria de la temporada (ganó en Bahréin y Barcelona, y el año pasado concluyó quinto en la cita canadiense), y Kimi la primera. El finlandés, que afirma no desesperarse por su mala fortuna, llega a suelo norteamericano con el recuerdo de una tímida actuación en Mónaco y la obligación de despejar dudas sobre si está a la altura de los colores que le visten. Pero todo eso será el domingo, cuando sólo resten 70 vueltas al circuito más exigente para los frenos del calendario.

La combinación de rectas rápidas, donde se alcanzan los 315 kilómetros por hora, con curvas muy acusadas (el paso más lento es la aguja de Lépingle, en la que no se superan los 58 km/h) obliga a todos los equipos a equilibrar escrupulosamente los monoplazas hasta alcanzar los niveles exactos de aerodinámica, frenos y refrigeración que optimicen el rendimiento y la aceleración de los coches en cada vértice. La espectacularidad de la primera de las dos citas estadounidenses se verá incrementada aún más por la poca adherencia que ofrece su asfalto, y sólo el domingo, cuando haya suficiente grip adherido, podrá verificarse si las nuevas mejoras de unos y otros dan su fruto.

Por delante, Ferrari trae nuevos alerones delanteros y traseros, diseñados exclusivamente para adaptarse a las peculiaridades del circuito de la isla de Notre Dame. McLaren llegará con la experiencia de los ensayos realizados por Pedro De la Rosa en Paul Ricard para no castigar en exceso los frenos, además de los cambios que anunció en Telecinco durante la retransmisión del Gran Premio monegasco. Un poco más atrás, Renault intentará aupar por primera vez en este año a Giancarlo Fisichella al podio peleando con BMW, que sigue con su empeño en afianzarse como la tercera firma del Mundial.

Un poco de historia del circuito

En los años '60 la rivalidad idiomática entre ingleses y franceses en Canadá significó la creación de dos sedes distintas para el mismo Gran Premio que se repartían cada año la celebración del Gran Premio: Mosport Park y Mont Tremblant. En 1970, sin embargo, Mont-Tremblant, la cita francófona, fue considerado demasiado peligroso, el circuito quedó excluido del calendario Mundial y la carrera pasó a ser exclusiva de Mosport Park. Siete años más tarde, motivados por el éxito de Gilles Villeneuve, los canadienses franco parlantes decidieron que era hora de construir un nuevo GP; después de dirimir cuestiones de tiempo y dinero, solucionaron el problema del trazado conectando todas las carreteras de la isla de Notre Dame de forma que se erigía un nuevo circuito semiurbano.

La isla había sido la sede de la Expo 67, y albergaba una imagen futurista ideal para la construcción de una nueva cita que vería la luz en 1978. El estreno del asfalto canadiense no pudo tener mejor ganador: Gilles Villeneuve, en su primera temporada con Ferrari, debutó con una victoria memorable, dejando segundo a Jody Scheckter con 13,372 segundos de ventaja y a su compañero de equipo, Carlos Reutermann, tercero a 19,408 segundos. Su trágica muerte en 1982 modificó el nombre del circuito, que pasó a llamarse Gilles Villeneuve.

Su hijo no ha conseguido nunca una victoria en Canadá, al contrario que Michael Schumacher, que sostiene el récord de victorias con un total de siete. El circuito de Gilles Villeneuve es también el escenario de la victoria de Jean Alesi en 1995 conduciendo un Ferrari con el número 27, la misma matrícula que llevó a Villeneuve a alzarse con la única victoria sobre el nuevo circuito.