El Deportivo aprovecha la falta efectividad del Zaragoza
Reparto de puntos en la Romareda
El Deportivo de La Coruña también sacó sacar provecho de la falta de efectividad de un Real Zaragoza que en la segunda mitad pudo haber goleado a su rival pero al que salvó su guardameta Dudu Aouate y la falta de acierto rematador local. Desde el periodo navideño el conjunto zaragozano ha perdido la capacidad goleadora que había mostrado hasta entonces y eso le está lastrando enormemente porque sin gol es complicado vencer.
Contra el Deportivo volvió a repetir historias pasadas, con una primera mitad anodina y sin chispa y tras el descanso resucitó con toque, juego, velocidad, capacidad de generar ocasiones de gol pero, como últimamente, sin gol. El conjunto de Joaquín Caparrós, desde el inicio de partido y con su presión hacía jugar incómodo a un rival que no parece encontrar la receta para deshacerse de la presión rival.
El Real Zaragoza volvió a evidenciar parte de los mismos errores que le llevaron a empatar en la anterior jornada en casa contra el Recreativo de Huelva, pero principalmente lentitud en el movimiento del balón y en los contragolpes. Sin velocidad era poco menos que imposible sorprender a un Deportivo bien colocado sobre el césped, que no sufría para recuperar balones y que a la contra daba muestras de poder hacer daño.
En el minuto 20 Javier Arizmendi, que se había mostrado muy activo desde el inicio del partido, centró un balón desde la banda derecha para que el uruguayo Sebastián Taborda fusilara de cabeza a "César" Sánchez, en lo que fue el primer remate del conjunto gallego entre los tres palos. El juego vivió unos posteriores momentos que fueron críticos pues los locales pudieron haber logrado la igualada en el 23 por medio de Pablo Aimar, que se quedó solo ante Dudu Aouate, pero el cancerbero israelí le ganó el mano a mano al argentino y un minuto después fueron los visitantes los que pudieron haber puesto el 0-2 en el marcador en un remate de Arizmendi que rechazó César con muchos apuros.
El Zaragoza quería pero no podía. Volvía a dar sensación de impotencia porque voluntad no se le podía negar. Empujó con más coraje que cabeza y esto le sirvió para botar varios saques de esquina pero poco más. Tan solo Lafita consiguió apurar al meta hebreo en un balón largo al que se le adelantó el meta del conjunto coruñés. Tras el descanso los hombres de Víctor Fernández, que vio el partido desde el palco al estar sancionado, salieron con la velocidad que les había faltado en los primeros 45 minutos y pusieron cerco a la portería foránea.
Las combinaciones y el toque permitían llegar a los zaragocistas al área deportivista con facilidad y solo las intervenciones de Aouate impidieron que el equipo maño igualara la contienda. El meta de Haifa, en los primeros 20 minutos de este periodo, realizó tres grandes paradas colosales pero la cosa no acabó ahí. Un Zaragoza crecido porque veía que podía marcar en cualquier momento siguió insistiendo pero la figura de Aouate se agrandó conforme transcurrieron los minutos porque, nuevamente, realizó dos extraordinarias paradas.
El gol local parecía inminente porque el partido se había convertido en un monólogo, y llegó, pero no como se esperaba, en jugada, sino tras un penalti cometido por Taborda cuando Diego Milito estaba a punto de empujar un balón sobre la línea de gol, que además acabó con la expulsión del punta uruguayo.
Si el dominio local ya había sido aplastante hasta ese momento, con un hombre más el Real Zaragoza fue dueño y señor del juego propia falta de capacidad rematadora. Un poste de "Oscar" González en el minuto 85 fue el culmen de la falta de acierto local, tras una embarullada jugada en la que quedó claro que el conjunto aragonés está reñido con el gol.
