España recupera a Romero y Barrufet para la causa

La selección española arrancó la segunda fase del Campeonato del Mundo con una victoria (33-29) sobre Rusia, en un encuentro que sirvió para enganchar definitivamente en el torneo a dos piezas claves en el combinado nacional, el portero David Barrufet e Iker Romero. De este modo, la selección se mantiene invicta en el campeonato y obtiene el cuarto triunfo consecutivo, que le permite mantenerse en una posición idónea para acceder a la siguiente fase del torneo.

Tal y como advirtió el seleccionador nacional Juan Carlos Pastor en la previa del encuentro, el ruso es un equipo con un juego tremendamente mecanizado, pero al que cuando le salen bien las cosas es muy difícil de parar. Así, a nadie extrañó que Rusia, como ya hiciera en el reciente amistoso disputado en León, buscase una y otra vez al pivote Mikhail Chipurin, que, como ocurriera en el Memorial Domingo Bárcenas, volvió a convertirse en una pesadilla para el equipo español.

Pese al perfecto conocimiento que tienen los internacionales españoles de los movimientos del pivote del Chekhoski, el jugador ruso desmontó una y otra vez la defensa 5-1 del equipo nacional, que hoy sí, contó con el respaldo de un gran David Barrufet. Precisamente las intervenciones del guardameta del Barcelona fueron las principales responsables de la pequeña ventaja (17-15) con la que se marchó al descanso la selección, si bien el España destilaba pequeños detalles que hacían encarar con optimismo el segundo tiempo. El más importante, la aparición, por fin, en el Campeonato de Iker Romero, que con sus cinco goles en el primer tiempo, pese a fallar un lanzamiento de penalti, comenzó a recordar al gran jugador que es.

Una recuperación que no tuvo su continuidad en la segunda mitad, en la que tomó su relevo al frente del ataque español, otra de las estrellas de la selección española, el lateral Alberto Entrerríos, ya muy entonado en el primer tiempo. Aunque el triunfo español no comenzó a fraguarse definitivamente hasta que los de Juan Carlos Pastor no acabó de ajustar entramado defensivo, circunstancia que no ocurrió hasta pasado el ecuador de la segunda mitad. El cambio a una defensa 6-0 decidido por Pastor en los minutos finales del primer período, permitió cerrar de una vez por todas los caminos a Chipurin, aunque entonces el peligro de los rusos se trasladó a los lanzamientos en apoyo de Igropulo e Ivanov.

Dos bloqueos, un par de paradas de Barrufet y algún que otro palo acabaron definitivamente con este problema para el equipo español, que pasó de ganar por sólo un gol (23-22) a los seis goles (31-25) de ventaja de los que gozaba a falta de seis minutos para la conclusión. Ventaja que relajó el ataque del equipo español, que permitió de este modo a los de Vladimir Maximov volver a reducir las distancias, aunque el nunca sin poner en peligro el triunfo (33-29) del conjunto nacional.