El Bernabéu ve perder a Capello

El Madrid volvió a completar otro partido vulgar y el Celta supo aprovechar dos errores defensivos de Emerson y Reyes para hacerse con tres puntos que no mereció. Los aficionados del Real Madrid habían convivido durante la temporada con el mal juego de su equipo y ahora han empezado a hacerlo con la derrota.

El Celta, un conjunto blando, que no será recordado por el fútbol que dejó en el Bernabéu, aprovechó las limitaciones ofensivas del equipo de Fabio Capello y dos errores defensivos de Emerson y Reyes para llevarse tres puntos. Un botín excesivo. El Madrid no mereció perder y fue golpeado con la misma medicina con la que ha ganado muchos de sus partidos. El Celta llegó poco y ganó. Como le gusta a Capello que haga su equipo.

El partido contra el Celta fue diferente y lo fue no por el juego del Real Madrid, que aburrió al Bernabéu como lo lleva haciendo toda la temporada y probablemente lo hará el resto de la campaña, sino por la presencia de Ronaldo en el once inicial. Pasado de kilos como está, su presencia aún impone a los rivales, entre los que causa respeto. No hizo su mejor encuentro, pero hizo trabajar a Pinto, que ya es mucho más de lo que pueden decir algunos de sus compañeros, y cuando Capello le sustituyó en la segunda parte sus marcadores respiraron aliviados. Se intuye que aún tiene goles que ofrecer y todavía puede ser muy útil para este Madrid.

Tardó 20 minutos en aparecer y lo hizo para obligar a Pinto a mandar el balón a córner. Volvió a la carga cuatro minutos después, cuando Contreras le entregó el balón de forma irresponsable a Ronaldo y Pinto tuvo que intervenir de nuevo para evitar el gol. No hizo más en el primer periodo, pero tampoco lo hizo el Madrid, que añoró a un despistado Robinho, que completó su actuación más floja desde que es titular, y las ideas de Guti.

Pese a su fútbol plano, el Madrid controló y dominó con autoridad, pero más por la actitud del Celta, un conjunto demasiado blando, que por sus propias virtudes. Sin embargo, hay vicios que no desaparecen y como es tradicional el Madrid decidió complicarse la vida. Y lo hizo en una de esas acciones que no tolera Capello. Su equipo sacó un córner, el Celta recuperó la pelota y Emerson, que cerraba, decidió arriesgar en el peor momento, perdió el balón a pies de Canobbio y el pase de éste lo aprovechó Nené, después de un buen contragolpe, para batir a Casillas. Era el primer tiro a puerta del Celta, que tomó la delantera de forma injusta. El Madrid fue golpeado con la misma medicina con la que ha ganado muchos de sus partidos.

El público comenzó a inquietarse. Su equipo no sólo jugaba mal, sino que además iba perdiendo. Hasta el momento los seguidores del Madrid han sabido convivir con el aburrimiento, pero no están dispuestos a hacerlo con la derrota. El objetivo de su malestar fue, cómo no, Emerson, pitado cada vez que entró en contacto con el balón y oque celebró con rabia el tanto que equilibró el resultado. Raúl lanzó desde el córner y Emerson, sin defensa alguno que le molestara, marcó de cabeza. Otro gol, y ya van muchos, a balón parado. Ese es un mérito que se debe reconocer a este equipo, uno de los mejores de la Liga en acciones de estrategia.

Pese al empate el panorama no estaba claro, ni siquiera para Capello, que aprovechó el descanso para retirar a Diarra, otra vez desacertado, y Robinho para dar entrada a Van Nistelrooy y Reyes. Guti se retrasó hasta la altura de Emerson, en una acción que acostumbra a repetirse en los segundos tiempos. ¿Por qué no se atreve Capello a jugar sólo con un mediocentro defensivo desde el inicio? Sí fue novedad ver a Ronaldo y Van Nistelrooy juntos durante 20 minutos. En ese minuto el brasileño se comió al holandés y suya fue la mejor ocasión del Madrid. Un tiro potente que Pinto acertó a despejar a duras penas.

Los cambios de fichas y de dibujo no sirvieron para que el Madrid creciera en ataque. Este equipo, pese a la filosofía de Capello, o quizá por eso, sobrevive de la inspiración en ataque de sus estrellas. Una inspiración que esta vez aportó Ronaldo. Cuando el brasileño se retiró al banquillo en el minuto 65, el Madrid desapareció en ataque. Las carencias ofensivas de este equipo quedaron en evidencia con la demostración de que Ronaldo, fuera de forma, continúa siendo importante.

El Celta, sin grandes alardes ofensivos, supo aprovechar su oportunidad. Nené pudo solucionar el choque con un disparo que acabó en el larguero y un contragolpe que desperdició de forma incomprensible, pero el que decidió el choque fue Jorge. Reyes perdió el balón de forma irresponsable al iniciar un ataque, Ángel se internó en el área y cedió a Jorge, que desde la frontal batió a Casillas. Faltaban diez minutos para el final, pero todos los presenten en el estadio comprendieron que ahí se había acabado el partido.