Betis y Málaga se empujan al abismo
Los sevillanos entran en zona de descenso tras empatar con el colista en un mal partido
Lo ocurrido en Heliópolis no hay quien lo soporte, ni con el manque pierda, esa filosofía de amor incondicional en dos palabras. Nadie logra entender cómo un grupo de profesionales puede hacer su trabajo tan mal, sobre todo cuando, no hace tanto, lo hicieron tan bien ante contrincantes tan buenos.
El encuentro protagonizado por el Betis y el Málaga fue sincero. El fútbol que se vio fue fiel reflejo de la posición que ambos ocupan en la clasificación de la Liga y que no es otra que la que lleva al descenso de categoría. Los goles y la poca emoción que hubo llegaron de saques a balón parado que se colgaron al área. El Málaga sólo consiguió dirigir la pelota entre los tres palos de la portería de Contreras la vez que marcó su gol. El Betis lo hizo en la ocasión del tanto marcado por Rivas y en un tiro de Xisco que sacó con un paradón Arnau, a escasos minutos ya del final del encuentro. Lo demás fue fútbol pusilánime, barato, mentiroso.
En bastantes ocasiones, se puede culpar de esta castaña de partidos a la actitud de los jugadores. En esta ocasión no. Joaquín, por ejemplo, se desgañitó, corrió como nunca, pero no le salió ni una. Ni siquiera fue excelente el saque de falta con el que puso la pelota franca a Rivas para que marcara. La defensa del Málaga estuvo tan garrafal y Arnau tan lento de reflejos que convirtieron una acción de juego normalita en un golazo.
El Betis controló algo más el encuentro. Hierro había dejado a Duda, Gerardo y Salva en el banquillo. Él sabrá por qué decidió lo que decidió, pero el hecho es que el equipo se quedó sin calidad, sin corazón y sin garras. Inmediatamente antes del gol de Rivas, el Betis había tenido otra oportunidad casi idéntica, pero en esa ocasión Edu cabeceó fuera por muy poco. Es lo único que hizo el brasileño en toda la tarde, lo único de un jugador que maravilló el pasado curso al socaire del añorado Oliveira y que está enfadadísimo porque el club verdiblanco no le acaba de fichar, permanece en un limbo entre el Celta y el Betis difícil de explicar y hasta de concebir. Como el contrato por partidos de Juanito, o como los contratos de imagen que suponen más de la mitad de algunos contratos...
Destacado ya Joaquín, lo único reseñable en cuento a juego fue una combinación entre Tardelli y Luis Fernández que acabó en un centro malo a la olla.
En la segunda mitad, ya sin Capi sobre el campo, hasta Joaquín se difuminó. El Málaga fue ganando terreno poco a poco. Duda sacó al corazón del área, Hidalgo peinó y desvió la pelota lo suficiente para que Contreras pifiara el despeje y dejara la pelota franca al propio Hidalgo, que marcó. Los malaguistas, con un único tiro a puerta entre los 14 futbolistas que vistieron su camiseta, incluso pudieron ganar. No lo hicieron porque a Morales se le desmarcaron dos compañeros al tiempo, se le fundieron los plomos y no supo más que entregarle la pelota al defensa más cercano. El Betis también tuvo su oportunidad en el citado tiro de Xisco. Eso fue todo para dos equipos que demostraron por qué están cada vez más cerca de descender.
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