Un error de Arnau hunde aún más al Málaga

Las ilusiones del Málaga se diluyen. La permanencia se ha incluido en la lista de milagros. Y es que el gol se hace de rogar en cada uno de los encuentros que juega el Málaga y a base de ocasiones fallidas la distancia con los rivales directos parece insalvable.

El Zaragoza llegó a Málaga pensando exclusivamente en la Copa, y los tres puntos logrados por el gol de Ewerthon dieron un fruto inmerecido a los pupilos de Víctor Muñoz.

La necesidad inclinó desde el inicio la balanza del lado local. Los de Hierro asumieron el mando del juego, pero Salva dio la enésima muestra de su repertorio de fallos. Solo ante César estrelló el cuero en el meta nada más iniciarse el encuentro.

Víctor Muñoz quiso suplir la ausencia de sus dos centrales titulares con un mayor compromiso colectivo en defensa, lo que retrasó en exceso su línea de creación. Esto lo aprovechó el Málaga durante todo el choque con continuas entradas por la banda izquierda, pero casi todas quedaban abortadas antes de llegar a la zona de peligro.

El encuentro pudo diluirse ante la falta de pegada del Málaga y la aparente calma visitante. Ante tal panorama, el técnico del Zaragoza dio entrada a Movilla para equilibrar el ímpetu local que no cesó pese a la falta de acierto. Ganó metros el conjunto maño, pero las ocasiones sólo llegaba del lado malagueño. Couñago y Gámez pudieron adelantar a los suyos nada más reanudarse el partido, pero no por casualidad el Málaga es colista y uno de los equipos menos goleadores de Primera.

La entrega no faltó en el terreno de juego durante un solo instante, pero el tanto malaguista no llegó y las opciones de permanencia se redujeron considerablemente cuando Ewerthon marcó el gol del triunfo aprovechando un gazapo de Arnau, el meta rival. El brasileño anotó su undécimo tanto liguero y pudo firmar el acta de defunción del Málaga.