El agresor coge el pito

Un joven futbolista onubense condenado en 2003 por pegar a un árbitro aprenderá en carne propia lo que se siente cuando se pita un partido. En su día la juez de menores de Huelva le condenó a coger el pito y las tarjetas y meterse en la piel del agredido por una tarde. Este fin de semana, una vez que el agresor ha cumplido al mayoría de edad, se cumplirá la ejemplar sentencia en un campo de fútbol de la localidad de Lepe.

El agresor, que entonces contaba 16 años, disputaba con su equipo un partido en la ciudad de Huelva cuando la emprendió con el árbitro causándole, entre otras dolencias, una contusión en la espalda que requirió asistencia facultativa durante varias semanas.

En principio el juez condenó al menor por un delito de lesiones a cumplir 100 horas de trabajo social en alguna organización deportiva. Sin embargo, como el joven se puso a trabajar para pagar la indemnización del árbitro comunicó al juzgado la imposibilidad de cumplir esta condena.

La juez de Menores de Huelva, Carmen Orland, tras constatar que el agresor pagaba "religiosamente" la indemnización fijada, y a sugerencia del propio árbitro, decidió entonces la singular decisión. Una medida "bonita y educativa", según el testimonio de la juez, quien ha subrayado que se observaron en el expedientado "circunstancias favorables", ya que desde un primer momento "reconoció la agresión, y que se había pasado".

Orland ha reconocido que no ha sido fácil aplicar esta sentencia, que "ha contado con la oposición de muchos estamentos deportivos", pero se ha felicitado de que finalmente la medida pueda aplicarse.

Por su parte, el delegado de Justicia en Huelva, Gabriel Cruz, ha mostrado su "satisfacción" por la "recuperación" de este menor que, en todo momento, "se ha mostrado dispuesto a cumplir las horas de servicio a la comunidad orientadas a su delito, al trabajar en las instalaciones del polideportivo de Las Américas, y ahora se alcanza el culmen con el arbitraje de este partido".