Israelíes y palestinos disfrutan juntos del fútbol ante el Barça
El equipo español venció al combinado árabe-israelí por dos goles a uno
El FC Barcelona se impuso en la noche del martes a un combinado de jugadores de las primeras divisiones de Israel y Palestina (2-1) en el denominado Partido de la Paz, disputado en el Camp Nou ante unos 15.000 espectadores. Árabes y hebreos formaron, por primera vez, en un mismo equipo y demostraron al mundo que la convivencia entre ambos es posible, aunque sea sobre un terreno de juego.
La idea que el publicitario Lluis Bassat tuvo hace tres años y que el presidente de la Generalitat, Pascual Maragall, trasladó al primer ministro israelí, Shimon Peres, hace unos meses, se plasmó en Barcelona. Y el Barcelona actuó como perfecto anfitrión. Sin exhibirse en exceso, sin adquirir un protagonismo innecesario el día en que los verdaderos protagonistas no eran los jugadores azulgrana, sino un puñado de futbolistas prácticamente anónimos que por primera vez dejaban a un lado sus enormes diferencias para meterle un gol a la guerra.
El prólogo del encuentro fue una bella canción interpretada por el israelí David Broza, autor de la melodía, Said Murad, del grupo musical palestino Sabreen, y el catalán Pep Sala, y la foto para el recuerdo la que el Equipo de la Paz, uniformado totalmente de blanco, se hizo sobre el terreno de juego nada más salir al campo.
También el actor Sean Connery pisó la hierba del Nou Camp para hacer el saque de honor y saludar a la grada, antes de regresar a un palco plagado de personalidades, entre ellas, los Duques de Palma, el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Angel Moratinos, y el primer ministro de Israel, Shimon Peres.
El Peace Team (Equipo de la Paz) empezó alineando a ocho israelíes y tres palestinos. Los azulgrana dominaron el encuentro desde el minuto uno al 90, pero en cada acción ofensiva parecía que no quisieran marcar. Larsson, Ezquerro, Eto'o y compañía tuvieron varias veces en el punto de mira al portero Davidovich, pero siempre dispararon con escasa convicción de hacer gol, conscientes de que, esta vez, no les iba la vida en ello.
Hasta Ronaldinho, el flamante Balón de Oro que no quiso perderse la cita pese aterrizar en Barcelona unas pocas horas antes del partido, dejó aparcado su repertorio más selecto para otra ocasión en los minutos que estuvo sobre el terreno de juego. Tuvo que ser Maxi Rodríguez, hambriento de gol y de minutos por lo poco que ha jugado esta temporada, el que se tomase el partido algo más en serio ya en la segunda mitad: primero con un asistencia de tacón a Deco, que hizo el 1-0 de vaselina, y poco después, marcando él mismo el segundo de un taconazo.
Pero el Peace Team también tuvo su minuto de gloria cuando, instantes después del segundo tanto azulgrana, el israelí Abas Asuan batió a Jorquera de un trallazo. El público celebró el gol como si lo hubiera marcado cualquiera de los suyo.
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