El Espanyol hace lo justo para superar la eliminatoria

El Espanyol logró ante el Teplice una esforzada victoria (2-0) que le permite clasificarse para la liguilla de la Copa de la UEFA, en un partido de poco brillo que sólo se decantó a favor del conjunto catalán en los minutos finales.

El Espanyol sufrió más de lo previsto para imponerse a un rival pobre técnicamente, pero entusiasta en los primeros compases de la contienda. Sólo cuando tomó con decisión el mando del partido pudo cerrar la eliminatoria y meterse en la próxima ronda, donde disfrutará ya de cuatro partidos más.

Fueron curiosamente dos de los menos habituales, Fredson y Jofre, los encargados de firmar los goles, ante la falta de acierto de los delanteros titulares. Voluntariosos, ni Juanfran ni Luis García acertaron con la portería de Kolar.

Y sin embargo, no se enchufó bien el Espanyol. Contagiado por la frialdad del ambiente, falto de experiencia europea, el cuadro de Lotina se dejó llevar por el empuje inicial del Teplice.

Tanto cedió que el equipo checo vio la puerta abierta y quiso pasar sin llamar. Durante la primera media hora, se atrevió a jugar de tú a tú, lanzando un par de avisos que pusieron en vilo a la afición blanquiazul.

Por momentos, las cosas se ponían feas, pero el Espanyol no despertaba. El partido reclamaba una reacción, un golpe de efecto, pero al equipo barcelonés le costó atender las exigencias del encuentro. Perezoso y un poco indolente, el Espanyol pidió la palabra, pero tímidamente, con más intención de respirar en el descanso que de encender la batalla.

De la Peña

Si De la Peña no entra en juego, al Espanyol no le queda otra que enviar balones largos, muy imprecisos, como si dimitiese de la posesión. Pero el equipo no tiene un delantero alto y potente capaz de rebañar esos balones, de limpiar el frente de ataque o provocar una segunda jugada.

Por eso el Espanyol es un equipo demasiado largo, con lagunas en la medular, incapaz de ocupar bien el terreno de juego, de sentirse cómodo en el campo y de transmitir sensaciones positivas a su grada.

Tan blando como impreciso, los de Lotina completaron una primera parte decepcionante. Ya se escuchaban en Montjuic rumores ácidos, en consonancia con el partido, el temor que siempre acompaña a una grada tan sufrida como la perica.

Pero alguna tecla tocó Lotina en el descanso para reactivar a su equipo, mucho más suelto en la reanudación. Tuvo el balón y empezó a dominar el partido, en un intento de cumplir el guión previsto. Conectó incluso con la grada, en la peor entrada de la temporada en el Olímpico.

A fuerza de empujones, llegando a rachas al área rival pero sin desplegar un juego demasiado prometedor, el Espanyol acorraló al Teplice. Los checos plegaron velas y cedieron terreno, y la eliminatoria ya se iba quedando en Barcelona.

Tampoco quiso el árbitro echarle una mano al espectáculo. Dejó jugar, pero se le fue la mano hasta el punto de pasar por alto un claro penalti de Verbir a Juanfran en el minuto 72. Se frotaban ya las manos en Montjuic pensando en la pena máxima, pero el turco Dereli se hizo el sueco, encogió los hombros y ordenó continuar entre las protestas de los jugadores españolistas.

Penalti

Ya en el tiempo añadido, Zabaleta también sufrió un penalti de manual, pero ni el asistente ni el árbitro principal tuvieron a bien cumplir el reglamento. Se entonó Juanfran, hábil en el desborde; se puso las pilas Costa, perfecto en su papel de hombre sólido; y con el equipo más atinado, De la Peña se encontró mucho más a gusto. Y, claro, el Espanyol empezó a jugar.

Era cuestión de tiempo abrir el marcador, después de un par de llegadas de peligro a cargo de De la Peña y Juanfran, auténticos arquitectos del juego.

Y el turno le llegó a Fredson. El brasileño acompañó una jugada de Armando Sá que acabó con el balón en los pies de De la Peña en el área pequeña. Lo Pelat intentó un taconazo, pero el balón se resistía a entrar y por allí apareció Fredson, rápido y contundente, para alivio de la afición y del equipo, que respiró tranquilo al ritmo de la capoeira del brasileño.

Con menos pulsaciones y con la eliminatoria en el bolsillo, el Espanyol se tranquilizó. Lotina premió a Iván de la Peña con la enésima ovación de la temporada y dio entrada a Jofre, quien no perdió la ocasión de pedir paso.

El jugador catalán, muy motivado, aprovechó un excelente pase de Luis García para plantarse solo delante del meta checo, driblarle en seco y poner el punto final al partido y a la eliminatoria.