El Atlético gana desde las bandas
Fernando Torres olvida su ansiedad y se reencuentra con el gol.- Buen partido de Petrov
Eto'o adelantó al Barcelona, pero el Atlético remontó con goles de Fernando Torres y Kezman y consiguió su primera victoria en la Liga. El central rojiblanco Pablo fue expulsado.
El Atlético es uno de esos equipos que vive de sensaciones, de momentos y contra el Barcelona acostumbra a recuperar sus mejores vibraciones. Los encuentros entre estos dos equipos suelen ser un homenaje al fútbol, un verdadero lujo para los tiempos que corren, y el Atlético sabe aprovecharlos para recuperar su autoestima y sentirse importante en la Liga. Todos los errores cometidos en jornadas anteriores y las críticas a Carlos Bianchi y sus jugadores se olvidarán, al menos por una semana, con su triunfo contra el Barcelona (2-1).
Fernando Torres marcó 17 partidos después, Petrov y Maxi volvieron a recordar a muchos que desde las bandas también se ganan los partidos, Kezman celebró su primer tanto como rojiblanco y Bianchi disfrutó desde el banquillo con la primera victoria de su equipo en la Liga.
Los conjuntos como el Barça sufren sin el balón y el Atlético, gracias a una intensa presión, se lo robó, le abrió el campo con Maxi por la derecha y Petrov, que combina velocidad y técnica como pocos en esta Liga, por la izquierda y el equipo de Rijkaard quedó en evidencia. El entrenador Ángel Cappa no se cansa de repetir que en el fútbol para ser largo hay que ser ancho. Es decir, que para tener profundidad en el juego hay que abrir el campo, utilizar las bandas. Y esto el Atlético lo hizo a la perfección sin que el Barcelona fuera capaz de frenar a los interiores rojiblancos. Petrov volvió loco a Oleguer, un central al que Rijkaard decidió situar como lateral derecho en lugar de Belletti, y Maxi superó a Van Bronckhorst.
Desde las bandas llegaron los goles, incluso el del Barcelona, que se adelantó en el marcador después de que Eto'o rematara a placer un envío de Giuly desde la derecha, al que le llegó el balón después de un mal despeje de Perea, que está lejos de ser el central insuperable de la temporada pasada. Contra su costumbre, el Atlético no se hundió, sacó el carácter que se le presupone y casi nunca muestra y empató después de una magnífica jugada. Gabi rompió la defensa del Barcelona con un magnífico pase a Petrov, que desbordó con facilidad por su banda y puso un medido centro que cabeceó Fernando Torres.
Expulsión de Pablo
El Atlético fue creciendo al mismo ritmo que empequeñecía el Barcelona, al que le faltaron las ideas de Xavi, los inteligentes movimientos de Deco y la imaginación de Ronaldinho, que participa poco en el juego. Cuando aparece hace daño, pero el brasileño se desinhibe con demasiada frecuencia.
Las sensaciones que dejó la primera parte aumentaron en la segunda, cuando Kezman batió a Víctor Valdés después de un pase de Maxi desde la banda derecha. Otra vez desde la banda. Este gol hizo demasiado daño al Barcelona, que se descompuso sin que Rijkaard fuera capaz de variar el rumbo que había tomado el choque. Incluso el técnico holandés colaboró al desconcierto de su equipo. Decidió retirar a Márquez, uno de sus mejores hombres, para dar entrada a Larsson y el vacío que provocó ese cambio en el centro del campo lo aprovechó el Atlético para adueñarse definitivamente del partido. Ni la exagerada expulsión de Pablo sirvió para revitalizar al Barcelona, que se fue con una merecida derrota del Vicente Calderón.
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