Armstrong se jubila en la cumbre tras sumar su séptimo Tour
Vinokourov logra su primera victoria en los Campos Elíseos
El estadounidense Lance Armstrong, del Discovery Channel, se ha despedido esta tarde del ciclismo profesional a los 33 años después de dar su séptima vuelta de honor consecutiva en los Campos Elíseos de París, donde ha concluido la 21ª y última etapa del Tour de Francia 2005, que se ha desarrollado entre las localidades de Corbeil-Essonnes y Paris (144,5 kilómetros). El kazajo Alexander Vinokurov, del T Mobile, se ha llevado la victoria de etapa y Francisco Mancebo (Illes Balears), cuarto, ha sido el mejor español. Con este triunfo, Armstrong doblega a una competición que siempre había devorado a sus ídolos.
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Después de 13 años como profesional y 11 participaciones en el Tour con 22 triunfos de etapa, el texano se ha jubilado vestido de amarillo en la cota más alta jamás alcanzada en la prueba más importante del mundo. A diferencia del club de los pentacampeones -Jacques Anquetil, Eddy Merckx, Bernard Hinault y Miguel Indurain- Armstrong dice adiós desde la cima de la imbatibilidad, una cumbre en la que ondea la bandera de EE UU y que difícilmente será superada por ningún otro ciclista, lo que le confiere un aura de leyenda irrepetible. Dominador de principio a fin, con los rivales impotentes a pesar de luchar contra el Armstrong más conservador, ha cumplido su reto personal y su compromiso con el patrocinador, por lo que se marcha dejando abierto el debate sobre quien será su heredero.
Dos viejos conocidos en el podio
El corredor de Tejas se ha hecho la foto de honor junto a dos viejos conocidos, el italiano Ivan Basso (CSC), segundo clasificado a 4.40, y el alemán Jan Ullrich, "ese corredor que se descentra en las primeras etapas", tercero a 6.21. El líder del T-Mobile, vencedor en 1997 y cinco veces segundo, se ha subido al único puesto del cajón que no conocía. El ciclismo español, huérfano de pasión desde la retirada de Alejandro Valverde en la 13ª etapa, aporta dos corredores al top ten: Francisco Mancebo (Illes Balears), cuarto gracias a su infalible regularidad y que mejora su actuación de 2004 y Oscar Pereiro (Phonak), que repite en el puesto décimo y que fue ganador en Pau y Supercombativo del Tour 2005, con su correspondiente dorsal rojo y 20.000 euros más en el bolsillo.
Tres etapas quedaron en las arcas españolas, la de Pereiro, la de su paisano y amigo Marcos Serrano (Liberty), que vino a aliviar la penuria de su equipo y la excepcional de Valverde en Courchevel, en un inolvidable mano a mano con el mismísimo Armstrong. El murciano podrá contar que fue el único que hizo hincar la rodilla al estadounidense antes de retirarse con siete pruebas en su palmarés. De los jefes de filas, antes de empezar llamados favoritos o candidatos al triunfo, sin noticias. Tanto Iban Mayo (Euskaltel) como Roberto Heras (Liberty) desaparecieron en los primeros combates y se hundieron como plomo en el agua en su terreno, en la montaña, además, a las primeras de cambio.
El resto de los podios de honor se repartieron así: el danés Michael Rasmussen sucede a Virenque en el premio de la montaña. Fue la revelación hasta la contrarreloj de Saint Etienne, pero después de dos caídas y tres cambios de bicicleta, pasó del tercer al séptimo puesto de la general. El maillot verde ha ido a parar al noruego Thor Hushovd, el más regular de los corredores completos que se dejan notar en las llegadas masivas, aunque se va de vacío. El mejor joven es el ucraniano Yaroslav Popovych, del Discovery, de 25 años, y que según Armstrong será su sucesor. Por equipos, el T-Mobile se lleva los galones por delante del Discovery, con la propina final de Vinokurov.
El susto de rigor
La etapa, como es habitual, se ha vivido en un ambiente festivo, aunque esta vez bajo la lluvia, con copas de champán en homenaje al campeón y charlas entre los 155 componentes del pelotón, entre los que rodaba el farolillo rojo, el español Iker Flores (Euskaltel), quien pasará a la historia con su apartado propio. Algo es algo. Pero no ha faltado el susto de rigor, ya que Armstrong ha estado a punto de sufrir una caída cuando tres de sus compañeros, con Hincapie y Popovych al frente y a 65 kms de meta, se han ido al suelo en una curva por culpa del asfalto mojado. El texano se ha quedado a un palmo del aterrizaje forzoso.
Su triunfo oficial se ha adelantado al primer paso por la meta de los Campos Elíseos, ya que la organización ha parado el cronometro con antelación debido a que la pista parecía una auténtica pista de patinaje, con el correspondiente peligro de accidentes. Vinokurov, que ha atacado a dos kilómetros de meta y ya no hubo forma de alcanzarlo, ha invertido un tiempo de 3h.40.57 en su segunda victoria después de la alcanzada en Briancon. Y así se ha cerrado la edición número 92, la del final del ciclo del emperador Lance Armstrong. Sus seguidores le han despedido con calor: "Hasta siempre, Lance".
"¡Viva el Tour por siempre"
Al grito de "¡Viva el Tour por siempre!" ha concluido el pequeño discurso dedicado por Armstrong a sus fans tras escuchar el himno de su país subido al podio de los Campos Elíseos. "A los que no creen en el ciclismo, a los cínicos y los escépticos, les diría que me siento pena por ellos, ya que son incapaces de creer en los milagros. Éste es el deporte más difícil, más bello, más duro y más increíble. Y no hay ningún secreto, sólo trabajar duramente", ha declarado Armstrong.
Tras desafiar al cáncer, a las acusaciones de dopaje, a las crisis en su vida personal y a todo lo que se le ha puesto delante, el de Austin se retirará a su rancho texano, donde podrá disfrutar de la vida al lado de su novia Sheryl Crow y de sus tres hijos, después de haber hecho historia con mayúsculas en el deporte de las dos ruedas.
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