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FÚTBOL | 36ª jornada de Liga

El Sevilla aleja al Madrid de la Liga

Los sevillanos empatan en el último minuto un partido trepidante

Jugándose la liga a una carta, el Madrid ha sacado un as, Zidane, y se veía con una victoria para la esperanza. Un trallazo del francés parecía asegurar para el Madrid tres puntos que alejaban un tanto la Liga de Barcelona. Pero el Sevilla ha sacado otro as en la última ronda, Baptista, que ha dejado con su gol la liga a un punto de la ciudad condal.

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El partido ha comenzado con el guión previsto. El Sevilla, equipo impetuoso como pocos, ha impuesto su criterio en los primeros minutos a base de fuerza y convicción. Baptista se ha adueñado del centro del campo, ha empequeñecido a Gravesen y ha lanzado a sus tropas hacia Casillas, exigido en este tiempo como viene siendo habitual. Ya había detenido un par de disparos el portero madridista antes de que Sergio Ramos enganchara un disparo fabuloso de falta al que no ha podido llegar el felino guardameta.

Con un gol en la saca y con la Liga de Campeones prácticamente asegurada, el Sevilla, lejos de echar el freno, ha intentado cerrar el campeonato. Antoñito, que ha sido un tormento para los centrales, Baptista, Alves y Navas han trenzado y jugado para sentenciar la Liga, pero el Madrid ha salido vivo del asedio y en una de sus incursiones por el área sevillana, ha encontrado el premio. Un centro de Roberto Carlos ha encontrado la cabeza involuntaria de Javi Navarro, que ha despistado a su portero.

En la segunda, el Sevilla se ha encontrado con otro enemigo más poderoso que el Madrid, el cansancio, que ha aquejado de lo lindo a algunos de sus mejores hombres. Navas ya no podía conducir sus eslaloms entre los defensas blancos, Baptista ha desaparecido. Así, el Madrid ha salido un tanto del agujero y, puesto que la construcción del juego no está asegurada con Garvesen y Zidane está para lo que está, el partido se ha convertido en un correcalles, en el que la pelota transitaba demasiado por las áreas y demasiado poco por el centro.

Ronaldo ha amagado con un par de arrancadas en las que ha caído al suelo, más por su propia cuenta que por el acoso rival. Hasta que Zidane se ha encontrado con un balón suelto en la línea de tres cuartos. Pasaba por allí. Ha atisbado el horizonte y nadie le ha pedido el billete, así que se ha dirigido, como quien no, a la corona y desde allí ha fabricado un latigazo impresionante, centrado, potente, seco, afilado, que ha pegado en el larguero por encima de Notario para incrustarse en la red a continuación. Un golazo.

El Sevilla ha visto que se esfumaba la Champions y ha hecho de la necesidad virtud y del cansancio, vigor. Se ha lanzado a por Casillas con todo y ha encontrado el premio, tras más de un susto, en el último minuto, con un precioso cabezazo de Baptista, que hacía rato que parecía haber dimitido. El gol deja la liga a un punto de su final.

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