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Crónica:FÚTBOL | Vuelta de las semifinales de la Liga de Campeones
Crónica
Texto informativo con interpretación

Ambrosini arruina el despliegue del PSV

Un gol del italiano en el último minuto hace inútil la remontada del equipo holandés

El Milan será el rival del Liverpool de Rafa Benítez en la final de la Liga de Campeones, que se jugará en Estambul el próximo 25 de mayo, después de apear al PSV Eindhoven gracias al valor doble del gol marcado por Ambrosini en el Philips Stadium.

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El goleador insomne

Los de Ancelotti, que habían vencido en la ida por 2-0, lograron marcar en el minuto 90, justo cuando el partido se marchaba irremediablemente a la prórroga gracias al esfuerzo del PSV, que logró igualar el tanteo de la ida con goles de Park y Cocu. Con el 2-1 en el marcador, el equipo de Hiddink, que tuvo contra las cuerdas al cuadro lombardo, anotó un nuevo gol en el descuento por mediación de Cocu, pero ya nada pudo hacer para conseguir el cuarto que le hubiera dado el pase a la final.

El PSV borró del mapa al Milán durante la práctica totalidad del encuentro, pero la mala suerte se cebó con el conjunto holandés en el tramo final. Con un puñado de notables futbolistas, con el talento de Van Bommel, con la experiencia de Cocu y con la puesta en escena de dos coreanos, Lee, un lateral de ensueño, y de Park, un todo terreno, el campeón de la Liga holandesa impuso su fútbol de gran belleza y constantes embestidas frente al carácter dubitativo y apocado del Milan, que fió su suerte al contraataque y al talento de sus estrellas. Pero el fútbol a veces es cruel, y esta noche fue un gran ejemplo de ello; Ambrosini apareció en el último minuto para destrozar el guión del PSV.

El primer tiempo del PSV resultó soberbio. Salió con un ritmo frenético. Avasalló al Milán, que se vio desbordado. Cuenta el PSV con un equipo en formación, formado por futbolistas en progresión, con hambre de gloria. Bajo el mando de Van Bommel, que pone aplomo en la creación, el PSV vive con la alegría en el juego que contagia el coreano Park. Es un éxito de Guus Hiddink. Fichar a Lee y a Park después del Mundial de Corea y Japón era un reto. Y ninguno ha defraudado. A los nueve minutos, Park apareció en el área y con violento disparo con la izquierda puso contra las cuerdas al Milán. El 2-0 de la ida era factible de remontar. Park trabajó en dos direcciones. Arriba y abajo. Lo hizo todo bien. No sólo batió a Dida. También aburrió a Pirlo, que nunca estuvo cómodo en la organización del Milán.

Pirlo no apareció. Y a Seedorf le pitaban los oídos. Tampoco tuvo su día. El partido se jugaba en Eindhoven. Y su pasado de futbolista del Ajax, el eterno enemigo en Holanda del PSV, le convirtió en diana para recibir la ira del público local. El PSV leyó muy bien el partido en este tramo. Es más, a los 27 minutos Venegoor of Hesselink mandó de cabeza un balón al larguero de Dida. El equipo de Hiddink iba a por todas. Porque es el PSV un colectivo que además de abrir bien el juego a los costados, con los pases fluidos de Van Bommel y Cocu, va de cine por arriba.

Cocu empata la eliminatoria

En el segundo tiempo, Maldini se quedó en la caseta. No se recuperó de una patada de kárate que recibió en la cabeza. Y Carlo Ancellotti optó por sacar a Kaladze. La tónica fue la misma. Dominio absoluto del PSV. Los dos coreanos se convirtieron en protagonistas. Lo de Lee, el lateral izquierdo, fue impresionante. Ofreció un curso de buen fútbol. Enfrente tuvo a Cafú. El brasileño nunca pudo con él. Tuvo Lee fuerzas para subir la banda con autoridad. A los 65 minutos, con suficiencia, puso un balón de oro al corazón del área, que envió Cocu a la red. Era el 2-0, eliminatoria igualada. Y el PSV que merecía estar en la final. Cocu firmó otro partido excepcional. A sus 34 años, Cocu ya apareció en los cuartos de final contra el Lyon. Fue decisivo de nuevo esta noche. El PSV dio una lección de buen fútbol, con un estilo bien diferente al que se ve en Europa en los últimos tiempos.

Nada de apelar al contragolpe. El club holandés devolvió el buen gusto por el fútbol. Con Vogel y el peruano Farfán, que exhibió un derroche descomunal, el PSV demostró un alto grado de concentración, necesario siempre que se quiera ganar a un club de la grandeza del Milán. Sin embargo, la suerte esquivó al PSV. Se alió una vez más con un club italiano. El Milán, cuando estaba contra las cuerdas, en el minuto 90, se encontró con un gol de Ambrosini. Ni Pirlo ni Kaká ni Shevchenko aparecieron hoy. El Milán fue un fantasma. En pleno respiro del Milán, llegó un último arreón de Cocu. No era suficiente. El Milán se clasificó para su décima final de Copa de Europa.

Cocu celebra con su compañero Park su primer tanto al Milan.
Cocu celebra con su compañero Park su primer tanto al Milan.REUTERS

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