El goleador insomne
El milanista Shevchenko vuelve a la cima tras una crisis nerviosa por problemas de sueño
La expedición del Milan voló ayer con media hora de retraso a Eindhoven, donde esta noche se enfrentará al PSV en la vuelta de las semifinales de la Liga de Campeones con dos goles de ventaja, porque el ucraniano Shevchenko se había olvidado su pasaporte. Pero nadie pensó en castigar y dejar en tierra al goleador y todos sonrieron recordando que los últimos meses han sido para él muy intensos.
A mediados de febrero, en un choque fortuito con un defensa, sufrió la fractura de un pómulo y de una órbita ocular. Tras ser operado, estuvo mes y medio de baja y reapareció en plena forma. Así, marcó tres tantos en tres partidos consecutivos, dos frente al Inter en el torneo europeo. Pero, tras batir a Toldo y ver cómo los ultras interistas arruinaban la fiesta con sus bengalas, encadenó otros tres sin atinar. Y lo que para un simple mortal no pasa de ser una sequía poco preocupante debe parecerle una eternidad al autoexigente delantero, de 28 años, y causarle ansiedad mental.
El error de un árbitro, que le anuló injustamente un gol ante el Siena el 17 de ese mismo mes, le tuvo dando vueltas por su casa hasta las seis de la mañana sin pegar ojo, rumiando su disgusto por la derrota del Milan. Dos semanas después, las cámaras captaron en San Siro un episodio sorprendente. Su equipo ganaba por 3-0 al Parma cuando, a diez minutos del final, el entrenador, Carlo Ancelotti, sustituyó a Shevchenko por Inzaghi, que reaparecía tras una larga racha de lesiones. Los espectadores estaban ovacionando a ambos cuando Shevchenko, tras abrazar a Inzaghi, se cruzó con Ancelotti y le dedicó una mirada poco amistosa y una ironía enojada: "¡Felicidades!". "¡No, felicidades a ti!", replicó el técnico. Mientras el delantero se refugiaba en el banquillo mascullando su fastidio, Ancelotti le dedicó una bronca.
¿Qué le ocurría a la más venerada estrella foránea del Milan y último balón de oro para reaccionar así ante un cambio que sólo pretendía ahorrarle energías? Ancelotti desactivó las alarmas ante la prensa: "Él no estaba contento con su sustitución y yo no estaba contento con que él no estuviera contento. Hemos terminado la discusión en el vestuario y ahora le veréis salir con un ojo morado". Un sonriente Shevchenko apareció entonces abrazando a su preparador y mostrando su perfil humilde: "Tiene razón. Me merezco un puñetazo porque me he equivocado El cambio me sentó mal porque quiero marcar goles siempre". Y luego explicó el verdadero origen del problema: "Estoy nervioso porque duermo poquísimo. He cambiado involuntariamente mis hábitos. De noche apenas consigo dormir unas pocas horas y procuro arreglarlo por las tardes con largas siestas".
En los dos partidos posteriores a su confesión, Shevchenko se ha mostrado tan rápido, incisivo y rematador como siempre y reencontrado su puntería. No se le observó ningún síntoma de cansancio en la ida ante el PSV, en la que logró un golazo. Tampoco, un indicio de debilidad ante el Fiorentina, cuando consiguió los dos tantos que dieron la victoria a su equipo, líder de la Liga italiana, empatado con el Juventus, al que se enfrenta en San Siro el domingo.
Shevchenko suma 16 goles en la Liga italiana y 6 en la Copa de Europa. Se ignora si en la última semana ha conciliado el sueño por la noche o sigue con sus siestas. Pero, con insomnio o sin él, su avidez goleadora es una pesadilla para los porteros rivales.
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