Sevilla y Valencia no sacan nada en claro de un partido sin control
Jesuli y Baptista marcan para el equipo sevillano; Navarro y Aimar lo hacen para el conjunto ché
La reacción por el cambio de entrenador le duró poco más de un partido al Valencia, que recuperó viejos vicios y viajó hasta Sevilla para intentar recuperar el espíritu de Rafa Benítez y se encontró el de Ranieri. Su juego distó mucho de ser el que mostró contra el Betis, pero incluso así no perdió la cara al choque y logró marcharse a los vestuarios con el resultado equilibrado.
Antonio López recurrió a los hombres que hicieron grande al equipo la pasada campaña, pero en la portería apostó por Palop y sentó a Cañizares junto a él en el banquillo. Veremos si el cambio sobrevive a este encuentro.
La vuelta al pasado no sirvió para hacerle demasiado daño al Sevilla, que en el cuerpo a cuerpo se maneja con soltura y obligó a los valencianistas a luchar y trabajar en el centro del campo. Salvo en una ocasión desperdiciada de manera incomprensible por Mista, el Valencia no asustó a Esteban, que como Palop pasó más tiempo mirando que actuando. En la primera ocasión clara, Jesuli aprovechó un gran envío de Renato para marcar de media chilena. La felicidad le duró al público del Sánchez Pizjuán hasta el tiempo añadido, cuando Javi Navarro aprovechó un fallo defensivo del Sevilla para cabecear una falta sacada por Aimar. Como ya ocurrió contra el Racing, los hombres de Joaquín Caparrós volvieron a pagar sus errores a balón parado.
Los entrenadores recapacitaron en los vestuarios y el partido lo agradeció. Caparrós dio entrada a Darío Silva por el desafortunado Antoñito y el ataque del Sevilla sumó notables dosis de agresividad y movilidad. En el Valencia no hubo cambios, pero salió decidido a por la victoria. El choque se abrió y el balón comenzó a ir de una lado a otro hasta que pasó por los pies de Aimar y le trató con cariño. La pelota quiere al argentino y éste la llevó en un buen contragolpe hasta la portería de Esteban. Pese al golpe el Sevilla no se descompuso, casi nunca lo hace, y la recompensa le llegó merced a un penalti de Javi Navarro, que golpeó el balón con la mano. Julio Baptista transformó el lanzamiento y aún pudo dar la victoria a su equipo si hubiera aprovechado otro penalti que se inventó el árbitro, que señaló los 11 metros por una falta cometida por Ayala fuera del área sobre el propio Baptista. Pero este partido sin control no había agotado sus sorpresas y con el choque agonizando Megía Dávila anuló un gol a Xisco por una supuesta falta a Daniel Alves.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.