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FÚTBOL | Octava jornada de Liga

Tristán rescata al Depor en la Rosaleda

Un gol del sevillano castiga a un Málaga especulador que se adelantó gracias a Wanchope

El Deportivo ha conseguido en Málaga un agónico empate en un partido en el que en el que ha demostrado que tiene muchos problemas para hacer daño. Ante un conjunto poco más que aseado, que ha regalado descaradamente la pelota, ha derrochado inútilmente cantidades ingentes de posesión de balón sin enseñar apenas los dientes. Sólo en los últimos minutos, apretado por el cronómetro, ha encontrado a Munitis, a Fran y a Tristán, que han dado al Deportivo, un equipo deprimido, algo de alegría.

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Los gallegos han perdido en unos meses el efervescente momento que llevan años viviendo. La caída de Mauro Silva ha desbaratado al equipo gallego como si le quitaran su viga maestra. Los deportivistas han ingresado con desgana en la Rosaleda, concediendo espacios intolerables en defensa. En uno de ellos, apenas siete minutos después del silbido inicial, Wanchope ha sabido aprovecharse del descontrol de la zaga gallega y ha fusilado sin más oposición que la de Molina, vendido ante su puerta.

A raíz del gol, el Málaga, que no anda sobrado de recursos, ha regalado tranquilamente el balón al Depor, como si supiera que hoy por hoy no hace daño a casi nadie. Efectivamente, se ha hinchado de balón el Deportivo, pero con tal parsimonia que sólo provocaba bostezos. Nunca ha encontrado la velocidad de Luque, ni la clarividencia de Valerón, bien cercado por la defensa andaluza. Como el Rifle Pandiani anda también negado y Fran estaba en el banquillo, no había nadie en el campo capaz de buscar las cosquillas a los de Manzano. Sólo un cabezazo de Duscher ha sembrado el pánico en la meta de Calatayud.

Sin balón, siempre ha llevado mucho más peligro el Málaga, con Wanchope sobre todo, pero también con Duda o Miguel Ángel, autor de un disparo que a punto ha estado de partir el larguero en la segunda mitad. Se sucedían las ocasiones en la meta de Molina, mientras el Depor no era capaz de trenzar ni una jugada de peligro en la eternidad en la que ha tenido la posesión. Con el reloj en el cuello y mientras los andaluces se echaban lamentablemente atrás, Irureta ha recurrido a sus viejos valores -Fran y Tristán- y a un desconocido Munitis, que, pese a ser zurdo, se ha hecho dueño de la banda derecha y ha armado la marimorena. Entre el cántabro y Tristán, que es mejor que Pandiani durmiendo, han castigado al Málaga como no parecía posible visto lo visto. Pero así ha sido: en un pase de Munitis, Tristán ha anotado el empate. Faltaban apenas cinco minutos y el Deportivo ha podido llevarse el partido en más de una ocasión.

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