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El Zaragoza resiste el acoso del Alavés y se clasifica para la final de la Copa (0-0)

El equipo aragonés se clasifica gracias al valor doble de los goles logrados fuera en caso de empate

El Real Zaragoza disputará su cuarta final de la Copa del Rey en los últimos 11 años tras el empate a cero conseguido esta noche en La Romareda ante el Alavés. El equipo aragonés se clasifica sin ganar ninguno de los dos partidos de la eliminatoria, gracias al valor doble del gol logrado por Savio en Mendizorroza en el encuentro de ida, que acabó 1-1.

Además, el equipo que entrena Víctor Muñoz está casi clasificado para disputar la próxima temporada la Copa de la UEFA -premio que obtiene el vencedor de la Copa- gracias a que el Madrid muy probablemente quedará entre los cuatro primeros en la Liga, con lo que jugará la Liga de Campeones y cedería su puesto en la UEFA aunque ganase la Copa del Rey. La final se jugará en el estadio Lluís Companys de Barcelona el 17 de marzo. Ambos equipos repiten la final de 1993, la última que ganó el Madrid, jugada en Valencia.

El Alavés, único equipo de Segunda División que quedaba en el torneo, ha caído con dignidad en un partido en el que ha dispuesto de oportunidades para lograr el tanto que le hubiera metido en la final.

El partido, típico de este torneo, ha tenido más emoción que buen fútbol. El equipo vitoriano comenzó con el objetivo de impedir la salida del balón de su rival con una intensa presión, lo que motivó que el juego se desarrollara en muy pocos metros en la zona central. Pero la contundencia con la que se emplearon los jugadores de Pepe Mel calentó los ánimos: vieron tres tarjetas amarillas en veinte minutos y Savio tuvo que abandonar el campo por una dura entrada.

El delantero del Zaragoza David Villa fue el jugador que creó más peligro en la primera parte, sin embargo, en la segunda mitad, con los futbolistas cada vez más cansados y más espacios en el campo llegaron las oportunidades.

La gran ocasión de Otxoa

Los visitantes modificaron su actitud y empezaron a jugar con más criterio, lo que permitió a De Lucas disponer de una oportunidad en un disparo y poco después disfrutar de la ocasión más clara cuando el defensa Otxoa obligó a Laínez a emplearse a fondo y sacar una mano que evitó el gol, aunque terminó costándole la retirada en camilla por lesión.

El desconcierto y los nervios se apoderaron entonces de los zaragocistas, que tardaron varios minutos en reaccionar. El partido se volvió cada vez más bronco, con continuas interrupciones por las faltas, y en un correcalles, aunque los maños daban la sensación tener más cerca el gol. Fue Cani quien tuvo la ocasión más clara al rematar de cabeza al poste un gran centro de Galletti. El balón no entró y el partido llegó al final sin una última opción para el Alavés.

El zaragocista Milito (izqda.) salta a por el balón con Astudillo.
El zaragocista Milito (izqda.) salta a por el balón con Astudillo.EFE

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