El Celta pierde su duelo de pistoleros contra el Alavés

No atraviesa el Celta de Vigo sus mejores momentos, cuarto por la cola en la Liga y a un punto del descenso. Quizá por ello ha fichado al delantero chileno Mauricio Pinilla, un goleador precedido por su fama de rompecorazones que no ha esperado mucho para reclamar sus galones: dos tantos ha metido hoy en su debut. El Alavés, en cambio, es cuarto en Segunda División, a un punto del ascenso, y a Rubén Navarro no le acompañan las revistas del corazón a entrenar. Sin embargo, los tres goles del delantero y uno más de Magno han levantado olas en el estadio de Mendizorroza.

Con 19 años, difícilmente podría haberse estrenado mejor Pinilla, recién llegado de Italia, donde el Inter le ha cedido ante su falta de juego y de goles dentro del campo. Siete partidos ha jugado, menos que las novias o ligues que le ha atribuido la prensa del corazón italiana. Hoy ha marcado dos goles, el primero para adelantar a su equipo en el minuto ocho de juego del partido de ida de los cuartos de final de la Copa del Rey, rematando de cabeza una falta sacada por Luccin. Ruben Navarro empataría 13 minutos después, en el 21, tras recibir un pase de la muerte en el área pequeña de Magno; y antes del descanso, en el 38, adelantaría al Alavés en un libre directo desde fuera del área grande.

Pinilla se tomó en serio el reto, y apenas comenzado el segundo tiempo cazó un rechace suelto y fusiló a Juan Pablo. Empate. Pero un delantero no hace un equipo, y el Celta siguió incurriendo en errores antiguos que terminaron por condenarle. Apenas dos minutos tardó Rubén Navarro para, en el 50, responder al chileno y adelantar a su equipo con la pierna izquierda y a pase, de nuevo, de Magno. Y tres minutos después las tornas cambiaban, y Magno marcaba el definitivo 4-2 a pase de Rubén Navarro. Mendizorroza hacía la ola, mientras al Celta le hundía la marejada.