El Barça vence al Espanyol en un partido de risa

Sólo durante un rato ha habido partido en Montjuic, más o menos 20 minutos. Lo que se ha tardado en que el Espanyol marcara y el Barça diera la vuelta al marcador, con goles de Ronaldinho y Kluivert. El resto se ha convertido en un espectáculo de circo, dirigido por un árbitro nefasto en el papel de maestro de ceremonias y orquestado por dos planteles entregados a convertir el fútbol en ópera bufa. Como al final había que poner un resultado, el partido se lo ha llevado el Barcelona, que tiene algo más de categoría que el Espanyol, que va directo al pozo si no pasa una hecatombe.

Con ocho jugadores ha terminado el partido el Barcelona, también con ocho su adversario. Pino Zamorano se ha entregado en los minutos centrales del partido a una orgía de tarjetas que ha hecho peligrar incluso el final del partido, que hay que decretar si algún contendiente se queda con menos de siete. Tras el tercer gol del Barça, a la media hora, y comenzando con la expulsión de De la Peña, el desenfreno del colegiado parecía no tener fin. Lo ha tenido mediado el segundo tiempo, cuando Lopo se ha ido a la ducha antes de tiempo.

Olvidando el bochornoso espectáculo de tarjetas, el partido ha comenzado eléctrico. El Barcelona contaba con sus mejores piezas, incluyendo a Ronaldinho. Sin embargo, ha sido el Espanyol el primero en golpear, precisamente con un gol cocinado por dos que fueron de la casa blaugrana. De la Peña ponía el centro y Jordi Cruyff lo convertía. Parecía atisbar el Espanyol que este era el partido para iniciar un despegue que lo saque del hoyo, pero no. Hoy por hoy no tiene nada que ofrecer en ningún sitio.

Así, un minuto después, el Barça empataba, por medio de Ronaldinho. Ahí se ha acabado todo para el Espanyol, aunque quedaban aún 10 minutos de partido, el resto ha sido circo. Durante ese tiempo, el Barça ha demostrado que, al menos, tiene algunos jugadores de mérito y Kluivert es uno de ellos. Ha marcado el segundo tras un rechace y el tercero tras el enésimo agujero de Toni, que se las pinta solo para la pantomima.

El tercero ha cruzado los cables de De la Peña, que ha pagado su frustración con Reiziger, al que ha pateado sin balón. El primero a la calle. Para compensar, Pino se cargaba a Márquez nada más comenzar la segunda parte, y luego a Quaresma, Soldevilla, Cocu y Lopo. Por supuesto, no se podía jugar con tanto rojo, así que el partido no era tal y sólo se podía pedir que acabara cuanto antes.

Después de esto, el Barça puede respirar tras una semana de calvario -derrotas en Málaga y en casa contra el Madrid- aunque no se puede tasar su recuperación o su dependencia de Ronaldinho. En cambio, a los de Montjuic se les puede pronosticar que irán a Segunda sin remedio, salvo milagro, que tampoco se adivina.