Simoni demuestra una vez más su superioridad en la montaña

El italiano Gilberto Simoni (Saeco), salvo accidente, es el vencedor de la 86 edición del Giro de Italia, al que sólo le quedan un par de jornadas, una corta en línea y sin dificultades orográficas y la última en la modalidad de contrarreloj individual, en la que sin ser un especialista se defiende bastante bien.

Simoni, vencedor del Giro en la edición de 2001, volvió a dar todo un recital en la última llegada en alto de los cinco que tenía la presente edición, el final en la inédita estación Cascada del Toce, en cuya cima fue el primero en solitario para poner broche de oro a su actuación.

El flamante líder, vencedor también de los finales en alto de Zoncolan y Pampeago, invirtió en los 239 kilómetros, entre la localidad de Canelli y la estación de Cascada del Toce, un tiempo 6 horas, 20 minutos y 5 segundos, tres menos que su compatriota y que en la anterior le supero Dario Frigo. El ucraniano Yaroslav Popovych se dejó 27 segundos y el italiano Stefano Garzelli, 36.

La general no sufrió cambios en sus primeros puestos, aunque las diferencias son un poco más amplias. Ahora Simoni, por décimo día consecutivo sigue al frente con 8:04 minutos sobre Garzell, 8:06 con respecto a Popovych y 9:49 con relación a Andrea Noe.

El protagonismo de Kelme

Lo que no cambió fue el comportamiento del equipo español Kelme-Costa Blanca. Desde que comenzó el Giro no ha habido ni una sola etapa en la que no se metan o provoquen alguna de las pocas escapadas que se han registrado, aunque en la mayoría de las ocasiones no llegaron a buen puerto.

También, como casi siempre, el más combativo volvió a ser entre los españoles el cántabro Tino Zaballa, al que han bautizado como el segundón, pues es segundo en el trofeo Piaggio que valora los kilómetros escapados en solitario o grupos que no superen los catorce componentes; en la Combatividad y en la Montaña.

Mañana, se disputará la penúltima etapa, que unirá las localidades de Cannobio y Cantú, de 133 kilómetros de recorrido y con tan sólo el alto de Cantú, catalogado de tercera categoría y cuya cima esta situada a tan sólo una docena de kilómetros.

Es la última ocasión para aventureros y sprinters, pues en esta edición los últimos 33 kilómetros se disputarán en la modalidad de contrarreloj individual con salida en la pedanía milanesa de Idroscalo y llegada en la impresionante plaza del Doumo de Milán.