El Racing le da toda una lección al Madrid (2-0)
El equipo de Del Bosque vuelve a mostrar sus dificultades para dominar los partidos fuera de casa
El Racing le ha dado toda una lección al Madrid en El Sardinero. Le ha ganado 2-0, un resultado corto si se tiene en cuenta el revolcón que el equipo cántabro le ha propinado al de Del Bosuque, quien ha visto además como Munitis se ha vengado de su anterior club con un gol y un gran partido.
Con el Racing presionando muy arriba y el grito de "¡Munitis!" en las gradas transcurrieron los primeros minutos, en los que se intuyó lo que iba a venir después, dominio de los cántabros y permisividad del Madrid con su rival.
El equipo de Del Bosque defendía mal, con Míchel Salgado achicando balones por la poca ayuda de McManaman, lo que favoreció que Nafti encontrará el pasillo casi siempre libre. Además, varios jugadores del equipo parecían ausentes del partido: Cambiasso y Makelele, por ejemplo; Ronaldo, muy solo arriba y sin ayuda. Y para más inri una falta de actitud alarmante en un equipo que aspira a todo y que sigue fuera de casa dando una impresión muy pobre.
Enfrente el Racing, que con garra, presión e ilusión dejó en evidencia al campeón de Europa. Ya avisó Javi Guerrero en una jugada en la que se quedó ante Casillas, pero le entró vértigo y tiró al muñeco.
El dominio cántabro siguió y el premio llegó a cinco minutos del final de la primera parte. Una jugada por la banda derecha del Racing acabó con el balón atrás, la defensa, mal colocada una vez más, dejó el balón para que Regueiro fusilara a Casillas.
Con los mismos jugadores comenzó la segunda parte. Parecía que iba a cambiar el rumbo del partido cuando Roberto Carlos lanzó una falta que desvió con apuros Ceballos, pero poco después llegó la puntilla para los blancos. Otro error defensivo, un fuera de juego mal tirado, dejó a Munitis ante Casillas. El jugador, con contrato con el Madrid hasta junio de 2004, no perdonó y con una vaselina dejó el partido sentenciado.
Minutos después Regueiro estuvo a punto de marcar el tercero, con el Madrid naufragando y el público en plena apoteosis. Del desastre no se salvó ni Zidane, que dejó su puesto a Portillo, ni Ronaldo, del que no hubo noticias y apenas tocó el balón en la segunda mitad.
Al final El Sardinero estalló de alegría y el Madrid salió cabizbajo, un equipo al que no le valen las excusas de las ausencias de Raúl y Figo y que ha mostrado otra vez su lado más oscuro, el que le impide sumar tres puntos fuera de casa en Liga desde el pasado mes de marzo.
