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BALONCESTO | FINAL A CUATRO

El Panathinaikos destrona al Kinder (89-83) como campeón de la Euroliga

El entrenador del equipo griego, Zeljko Obradovic, consigue con este su quinto torneo

La Euroliga 2001-2002 ha puesto rumbo a Atenas desde la mismísima pista del Kinder Bolonia, el gran favorito para ganar un título que ha acariciado en el segundo cuarto y que ha perdido en el tercero a los pies del Panathinaikos, el nuevo campeón, y el nuevo hombre récord del baloncesto europeo, el yugoslavo Zeljko Obradovic, el primer entrenador que ha ganado cinco entorchados de la máxima competición de clubes.

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La corona continental empieza a parecerse a la selección alemana en el Mundial de fútbol. Esta +hecha para que la jueguen todos y la gane Obradovic, que ha acertado en el planteamiento y en la dirección hasta levantar un trofeo que tenía prácticamente perdido en una segunda parte impecable de los griegos.

Dos hombres, el yugoslavo Dejan Bodiroga y el estadounidense Rashard Griffith, han ocupado la atención prioritaria de las pizarras en un curioso fuego cruzado. Los italianos querían maniatar a Bodiroga, autor de veintiséis puntos frente al Maccabi y jugador más valioso de la segunda fase. Los griegos aspiraban a desconectar del partido a Griffith, la montaña humana que domina los cielos de Bolonia.

Desafío de los técnicos

Pero el desafío para los técnicos era mucho más amplio. En uno y otro bando anidan muchas más opciones y recursos que debían controlar para subirse al trono de la Euroliga. El italo-argentino Emanuel Ginobili se ha encargado de demostrarlo rápidamente.

El espectacular escolta del Kinder ha roto amarras con diez puntos en los tres primeros minutos, cuando la mayoría de los jugadores todavía intentaban coger el aire al encuentro.

El internacional albiceleste ha destilado espectáculo en cada una de sus acciones. Fragiskos Alvertis no ha brillado tanto de cara a la galería, pero ha compensado con creces la vertiginosa puesta en escena de Ginobili con nueve puntos que han permitido al Panathinaikos superar el primer cuarto indemne (23-23).

Dos puntos en los cinco primeros minutos del segundo periodo, dos más hasta el diecisiete y un ataque de desconfianza ciega hacia los árbitros ha sacado del choque a los griegos.

Los tres triples consecutivos que el Kinder ha anotado para abrir ese cuarto también han influido lo suyo. Durante un buen trecho, los boloñeses han tenido a su rival contra las cuerdas, fuera de sí y zarandeado por un Matjas Smodis impresionante (29-43 m.17). El esloveno, omnipresente en el ataque italiano, ha sido la punta de lanza del tremendo zarpazo asestado a los verdes, por quienes nadie daba un duro en esos momentos.

Sin embargo, la serenidad del turco Ibrahim Kutluay y Bodiroga han cortado la hemorragia para evitar que el Kinder alcanzase el vestuario con un pie y medio en el podio (40-48).

Esa oportuna reacción iba a tener unos efectos impredecibles porque el Panathinaikos, apoyado en una pieza secundaria, el pívot Lazaros Papadapoulos, y en el inalcanzable talento de Bodiroga, ha dado un giro de 180 grados a la situación del partido durante el tercer cuarto.

De perder por ocho ha pasado a ganar por tres (64-61). Un cambio tan drástico en una final continental habría sido la antesala de la debacle para la mayoría de los equipos. Para el Kinder, evidentemente, no. Sólo un contratiempo, aunque ciertamente serio.

Jugar en casa

Tan serio, que los italianos ya no volvieron a sentirse cómodos en ningún instante a pesar de jugar en su propia casa. La efervescencia de Ginobili y Smodis ya no valía.

Hacía falta algo más para sacar de en medio al Panathinaikos, cada vez más seguro del triunfo y libre de la agobiante presión que para el Kinder significaba perder por ocho puntos (80-72) a escasos tres minutos para la bocina que iba a proclamar al rey de Europa.

Cada destello del segundero era un aldabonazo sobre la debilitada moral del poderoso equipo de Bolonia y una bocanada de oxígeno para los chicos de Obradovic, que han empezado a apurar las posesiones por indicación del nuevo hombre récord de los banquillos continentales.

Los dos tiros libres desperdiciados por el esloveno Sani Becirovc con 82-80 han escrito el epitafio definitivo del primer campeón de la Euroliga, fulminado en la siguiente oleada con un triple de Kutluay.

Bodiroga, el mejor

El alero yugoslavo DejanBodiroga, autor de veintiséis puntos frente al Maccabi Tel Aviv y de veintiuno en la final ante el Kinder Bolonia, ha sido proclamado MVP (el premio al jugador más completo) de la quinta Final a Cuatro ganada por su compatriota y técnico del conjunto griego, Zeljko Obradovic.

Bodiroga ha jugado 38 minutos ante los italianos, ha anotado siete de doce en canastas de dos, uno de dos en triples y cuatro de cuatro desde la línea de personal. Además, ha capturado siete rebotes, ha recuperado un balón y ha dado cuatro asistencias para convertirse en el mejor jugador de toda la temporada en la Euroliga.

El jugador del Kinder Bolonia, Rashard Griffith (izquierda) y el del Panathinaikos, Darryl Middleton, durante la final de la Euroliga en Bolonia.
El jugador del Kinder Bolonia, Rashard Griffith (izquierda) y el del Panathinaikos, Darryl Middleton, durante la final de la Euroliga en Bolonia.AP

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