Panathinaikos y Kinder disputarán el domingo la final de la Euroliga

El Panathinaikos de Atenas y el Kinder Bolonia -actual campeón y gran favorito- jugarán el domingo la final de la Euroliga de baloncesto. El equipo griego se impuso en la primera semifinal al Maccabi de Tel Aviv por 83-75. En la segunda, el Kinder se ha impuesto en el duelo italiano al Benetton Treviso (90-82).

En el primer partido de esta Final a Cuatro, que se juega en Bolonia, ha sido decisiva la actuación del alero serbio Bodiroga. El ex madridista anotó 26 puntos para su equipo, entrenado por Zeljko Obradovic, otro ex del Madrid, quien puede lograr el domingo su quinto título como técnico.

Casi desde el principio del encuentro el Panathinaikos fue por delante en el marcador. El Maccabi no ha podido contrarrestar la enorme actuación del alero serbio y por parte israelí sólo el alero Burnstein hizo frente al poderío griego. Con 27-20 en el minuto 9, el Panathinaikos se tomó un respiro, lo que aprovechó el Maccabi para enjugar la diferencia y dejar el marcador en 44-44.

En esos momentos se confirmó que ambos equipos son de lo mejor del continente, en un duelo con intensidad, sobre todo física. Sin embargo, en el tercer cuarto el conjunto ateniense volvió a escaparse en el marcador, ya de forma definitiva. Se impuso la calidad de Bodiroga para dar el billete de primer finalista al Panathinaikos en esta Final Four en la que no hay ningún equipo español.

Duelo italiano

El enfrentamiento entre italianos se ha decidido en el último cuarto. El Kinder ha derrotado por 90-82 al Benetton Treviso. La semifinal se jugó a ritmo frenético. El equipo de Treviso, gracias a su tiro exterior y a la labor de Charlie Bell se escapó en el marcador (5-12, min.4). El partido se mantuvo en esa tesitura hasta que el argentino del Kinder Emmanuel Ginobili despertó y puso por delante a su equipo.

La igualdad se mantuvo hasta el descanso, con 39-41 para los de Treviso quedaba todo por decidir. El marcador de un abarrotado Palamalaguti veía continuas alternativas de punto arriba punto abajo y las defensas, a medida que se acercaba el final, se fortalecían. Por lo tanto, sólo se podía llegar al final del tercer cuarto con máxima igualdad: 63-63.

Sin embargo, en el último cuarto el equipo de Treviso comenzó a fallar. Tres ataques consecutivos errados rompieron el partido, además el equipo daba la sensación de estar con las piernas cansadas. El jugar con ventaja soltó definitivamente a los boloñeses, que agrandaron su figura y se lanzaron a la final del domingo sabedores de que no podían dejar pasar la oportunidad. El Benetton entró con nueve abajo en los últimos cinco minutos (75-66), demasiada desventaja para impedir que el Kinder intente reeditar en su casa el título ante el Panathinaikos.