Los Patriots hacen historia contra pronóstico a siete segundos del final
Los Rams, tras remontar un 3-17 en contra, ceden en el último suspiro
Un golpe de castigo transformado desde 48 yardas por Adam Vinatieri a siete segundos del final ha dado a los Patriots de Nueva Inglaterra su primera Super Bowl, después de derrotar esta madrugada a los Rams de San Luis, que partían como favoritos, por 17-20 en un dramático partido.
El héroe del partido fue Vinatieri, un chutador, un puesto poco considerado en el fútbol americano, pero cuya puntería es decisiva en muchas ocasiones, como esta madrugada. A Vinatieri no le temblaron las piernas cuando a siete segundo del final tuvo en sus zapatillas el disparo de su vida, no lo desaprovechó y su equipo ganó. Y eso que el partido se le habías complicado sobremanera a los Patriots en el último cuarto, que arrancó con un marcador de 3-17 a su favor pero que, a 1m30s para el final, iba empatado. Entonces fue fundamental la aportación del bisoño pasador Tom Brady, que estuvo muy acertado y permitió a su equipo llegar en buena disposición al final. Como recompensa, fue elegido el mejor jugador del partido.
Desde el pitido inicial, los Rams intentaron confirmar su imagen de equipo superior. De hecho, su juego era fluido. El organizador, Kurt Warner, conectaba con facilidad con sus receptores Torry Holt e Isaac Bruce, pero Marshall Faulk, el corredor nacido en Nueva Orleans y una de las principales estrellas del equipo, no daba ninguna noticia. Warner se aplicó en el pase y disfrutó dando oportunidades a unos y otros, pero la defensa de los Patriotas de Nueva Inglaterra estuvo atenta y no permitió que los Rams jugaran con velocidad, algo letal para las aspiraciones del equipo de Boston. Cuando le tocó el turno en ataque a los de Massachussets, Tom Brady acusó inicialmente la presión. En su segundo año como profesional y a pesar de que había sustituido hasta la fecha con garantías al organizador titular, Drew Bledsoe, Brady no arrancó fino.
A pesar de que los Rams jugaron con más fluidez, la única anotación en el primer cuarto llegó gracias a un magnífico golpe de castigo - o field goal- transformado por Jeff Wilkins, quien chutó con acierto desde 50 yardas (3-0). En el segundo, todo cambió. No fue porque Brady entrara en juego, ni tampoco porque Antowain Smith estuviera especialmente brillante, sino por un error en el pase de Warner y una buena intercepción de Ty Law, quien corrió 47 yardas sin ninguna oposición a seis minutos para el descanso. La transformación de Adam Vinatieri permitió a los Patriots de Nueva Inglaterra adelantarse en el marcador (3-7), pero sobre todo que la moral de su equipo aumentara proporcionalmente a cómo disminuía la de los Rams.
Warner se encoge
A partir de entonces, Warner parecía encogido. Sus receptores y corredores no tenían ninguna opción ante la excelente defensa diseñada por los de Foxboro, quien fueron creciéndose con el paso de los minutos. Además, resultó determinante que Ricky Proehl cediera un fumble -perder la posesión del balón-, porque los Patriots se encontraron con el balón a 24 yardas de la línea de anotación, un regalo que no estaban dispuestos a desperdiciar a 1m12s para el descanso. Brady, mucho más templado, sabía ahora que no podía fallar y volvió a encomendarse a Smith. A 36 segundos del final del segundo cuarto, el balón oval estaba a ocho yardas de la línea de anotación de los Rams y poco después David Patten ya había conseguido un nuevo ensayo para su equipo. El 3-14 para los Patriots ya era una sorpresa en el descanso.
En la reanudación, el técnico de los Patriots, Bill Belichick, tiró de repertorio. Sus formaciones despistaban continuamente a Mike Martz y Warner estaba cada vez más desesperado, porque los Rams no encontraban ninguna respuesta y habían sido incapaces de anotar un sólo touchdown. Precisamente ellos, que se han caracterizado toda la temporada por ser un equipo ultraofensivo y espectacular. Cuando, a 3m25s para la final del tercer cuarto, un desesperado Warner erró un nuevo pase, interceptado por Otis Smith, la grada ya sabía que la sorpresa podría saltar, más aún cuando un nuevo field goal transformado por Vinatieri situaba el 3-17 en el tanteador con sólo 15 minutos por delante.
Entre Warner y Martz buscaron soluciones para recortar diferencias. Sabían que Marshall Faulk e Isaac Bruce estaban desaparecidos, pero después de una buena serie y no sin sufrimiento, el propio pasador consiguió un ensayo que, con la posterior transformación, acercó a los Rams (10-17, a 9m33s para el final). A partir de entonces es cuando los Patriots, que se habían mantenido muy centrados durante todo el partido, perdieron la concentración, lo que se demostró letal ante un conjunto de la calidad de los Rams.
Warner ajustó su muñeca y, en un suspiro, permitió a Proehl empatar el partido (17-17). Después vino lo mejor, cuando sólo quedaban 1m30s para el final. Los Patriots se situaron a 48 yardas de la victoria, sólo siete segundos para el final. Entonces apareció Vinatieri, frío y calculador, para mandar el balón entre los dos palos y convertirse en el héroe que los Patriots necesitaban para hacer historia.
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