La FIFA debate hoy el sistema de traspasos de jugadores pactado con la Comisión Europea
La aprobación del proyecto de reforma de los traspasos de jugadores que se pactó con la Comisión Europea el pasado 5 de marzo estará en el orden del día en la reunión que el Comité Ejecutivo de la FIFA mantendrá hoy en Buenos Aires. Dicha reforma prevé la creación de un único y largo periodo de fichajes por año, el respeto de un espacio de tiempo de estabilidad de los contratos por parte de los jugadores (de dos a tres años, según la edad) y la posibilidad de sanciones deportivas en caso de ruptura unilateral de un contrato por parte de un futbolista.
Los dirigentes de la FIFA debían en principio someter al Comité Ejecutivo un sistema de concordancia entre los sistemas de traspasos nacionales, que varían de un país a otro, y el nuevo reglamento internacional. "Aunque el acuerdo de Bruselas era indispensable para evitar la explosión del sistema actual, su puesta en práctica va a tomar tiempo porque necesitará un enorme y delicado trabajo de armonización", indicó un delegado europeo.
Así, la FIFA estima que este acuerdo "no es más que una etapa" y desea que entre en vigor lo más rápidamente posible. No obstante, el documento definitivo puesto a punto por el Comité Ejecutivo debe estar listo el 7 de julio para "su aplicación inmediata". Muchas de las 204 asociaciones en el mundo afiliadas a la FIFA podrían ralentizar el asunto, ya que aunque todo el mundo está de acuerdo sobre el principio general, existen numerosas divergencias cuando se entra en los detalles prácticos.
El Sindicato Internacional de Fútbolistas Profesionales (FIFPro), opuesto a una reforma "que va contra la libertad de circulación del trabajador", proyecta varias acciones en espera, especialmente, de la decisión que tome el tribunal de consulta de Bruselas, que ha postergado su veredicto sobre la validez del acuerdo para el 27 de julio.
La quiebra de ISL
Otro espinoso asunto que tendrá que abordar el máximo organismo mundial llegará el sábado, cundo se dicuta sobre la bancarrota de la sociedad de márketing ISMM-ISL, que controlaba el mercado futbolístico. La quiebra del grupo suizo ISMM (International Sports Media and Marketing) y su filial ISL (International Sport and Leisure) en razón de una serie de inversiones arriesgadas en el tenis, en el fútbol brasileño y en China, así como en la Fórmula CART, estremeció a la FIFA.
El presidente Joseph Blatter estimó las pérdidas en unos 28 millones de dólares (5.460 millones de pesetas, unos 33 millones de euros), pero los dirigentes de la UEFA situaron el monto en 250 millones (casi 50.000 millones de pesetas, unos 29 millones de euros). El patrón del fútbol europeo, Lennnart Johansson, aprovechó la bancarrota para pasar a la ofensiva haciendo a Blatter 25 preguntas delicadas, muchas de las cuales permanecen sin respuesta.
Sin embargo, la situación se desbloqueó al entrar en acción la sociedad FIFA marketing AG, que rápidamente alcanzó varios contratos para los mundiales de 2002 y 2006. Algunos de esos acuerdos habían sido negociados por ISMM-ISL y fueron después renogociados a la baja.
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