Los Lakers ganan el segundo partido a los Sixers (98-89)

El equipo de Phil Jackson, que ha comenzado a distanciarse de su rival mediado el tercer cuarto, se ha caracterizado por la eficacia de sus principales estrellas, O'Neal y Bryant, que en el tercer cuarto han logrado superar el trabado sistema defensivo urdido por el entrenador de los Sixers, Larry Brown.

Pese a que en los últimos minutos han remontado los 76ers, con Eric Snow de protagonista, en la que los Sixers han llegado a ponerse a tres puntos, Derek Fisher ha puesto tierra de por medio con un triple en las postrimerías del último cuarto que ha hecho reaccionar a los Lakers, sentenciando el encuentro a su favor.

A lo largo del partido ha destacado la actuación colectiva de los 76ers frente a las dos individualidades destacadas de los Lakers. Mientras en el equipo de Philadelphia puntuaban todos los jugadores, los tantos de Los Angeles estaban repartidos entre O'Neal y Bryant.

Kobe Bryant, tras su actuación decepcionante en el primer partido de la final, en el que sólo marcó 15 puntos, ha recuperado sus números habituales, con 31 puntos y ocho rebotes. O'Neal, aunque no ha alcanzado los 40 puntos del encuentro anterior, ha logrado 28 puntos, 20 rebotes, nueve asistencias y ha batido el récord de tapones en unas finales, interceptando ocho balones.

En cambio, la estrella de los Sixers, Allen Iverson, no ha estado a la altura del primer partido de la serie. No sólo su promedio anotador se ha reducido, con 23 puntos frente a los 48 del miércoles, sino que ha sido menos determinante que en otros partidos de los playoffs.

Cinco jugadores de los Sixers han pasado de los diez puntos -Mckie, Iverson, Mutombo, Snow y Macculloch- mientras que en los Lakers sólo han destacado Bryant, O'Neal y Fisher, por encima de sus compañeros, Rick Fox, Robert Horry y Horace Grant, que han firmado un partido mediocre.