Sánchez Vara, la gesta de la temporada: solo ante seis toros de Casta Navarra
El diestro de Guadalajara se encierra este sábado en la plaza de Tafalla, con ejemplares de esta histórica y temida camada
El matador de toros Sánchez Vara (Guadalajara, 45 años) es un personaje muy singular; seguro que no es el único entre los que visten el traje de luces, pero sí el que da el paso adelante. Este sábado, 17 de agosto, es una fecha que tiene marcada en el calendario como una de las más importantes de su vida torera: en la plaza navarra de Tafalla se encierra en solitario con seis toros de Casta Navarra.
Dice que es consciente del riesgo que asume, como lo es de su concepto taurino. “Nunca torearé como Morante de la Puebla, pero soy capaz de hacer otras cosas”, decía en este blog hace justo un año.
Y una de esas ‘cosas’ es enfrentarse -y salir airoso- a las ganaderías más duras. Ayer lidió una corrida de Palha en Calamocha (Teruel) y salió a hombros tras cortar tres orejas, hoy hace el paseíllo en Cenicientos con reses de Saltillo, y mañana le verá las caras a seis toros de Casta Navarra; este es uno de los encastes fundacionales de la cabaña brava, de gran prestigio en la segunda mitad del siglo XIX, apartado después de la lidia ordinaria por su carácter rústico, duro y muy arisco, y recuperado por Miguel Reta, que ha conseguido inscribirlo en la Unión de Criadores de Toros de Lidia en 2010.
“No tengo nada que demostrar, pero si esta corrida me abre las puertas de alguna feria importante daré por bien empleado el esfuerzo”
Sánchez Vara ha estado presente en las tres únicas corridas que el ganadero ha lidiado hasta ahora en plazas —Ceret, San Agustín de Guadalix y Estella— en un intento de Reta de apartar sus reses de los festejos populares, actividad a la que se han dedicado hasta ahora.
El torero tiene muy claro el objeto de esta gesta ante los temidos y peligrosos toros navarros.
“Es una vuelta de tuerca para que los empresarios cuenten conmigo en plazas de mayor repercusión”, afirma. “No se trata solo de una llamada de atención porque el público sabe quién soy y de lo que soy capaz”, añade; “es un reto personal que me apetece afrontar para demostrar otra vez que en este tipo de corridas soy alguien importante, simplemente; para que, por ejemplo, mi nombre aparezca el año que viene en los carteles de Pamplona y otras ferias de ese estilo”.
El torero insiste en que él, mejor que nadie, sabe cuál es su sitio en el toreo, pero persigue un mayor reconocimiento. “Esa es mi intención”, añade; “no tengo que demostrar nada, pero si esta corrida de Tafalla me abre las puertas de alguna feria importante, daré por bien empleado el esfuerzo de mañana”.
Sánchez Vara ha sufrido al toro de Casta Navarra y puede presumir de conocerlo.
“Es un animal al que no estamos acostumbrados porque es completamente imprevisible”, afirma. “Unos se dejan torear y otros son el mismo demonio, o acuden al caballo cuatro veces o no quieren ni verlo”, prosigue. “Las reacciones de estos toros no son normales y la condición fundamental que transmiten es la incertidumbre”.
La experiencia acumulada ante las tres corridas que ha lidiado le permite tener muy clara cuál debe ser la actitud del torero que se enfrente a ellos: “Debes tener la cabeza muy fría y poner en práctica tu oficio y sabiduría porque en décimas de segundo te pueden plantear un problema serio que requiere de una solución inmediata”.
Sánchez Vara es amigo del ganadero Miguel Reta, valora su esfuerzo de años para sacar a flote la ganadería, pero no oculta los problemas de estos toros navarros.
“Quiero mucho a Miguel, y haré por él lo que sea necesario, pero la corrida de Ceret fue la más mansa que he visto en mi vida” afirma; “algo mejor fue la de Estella, y la de Cenicientos pudimos lucirla en el caballo, que es lo que pretendo hacer mañana. Acudo dispuesto a que sea un espectáculo en el que el toro sea el auténtico protagonista”.
“No estamos acostumbrados al toro de Casta Navarra porque es completamente imprevisible”
El diestro de Guadalajara torea poco —solo ha matado 7 corridas en lo que va de temporada—, pero irradia optimismo y agradecimiento.
“No puede ser de otra manera”, dice, “porque tengo la suerte de ser torero vocacional, he dedicado mi vida a esta profesión y se me ha hecho muy corta; cuando vuelvo la vista atrás solo recuerdo imágenes bonitas y muchas alegrías que he podido disfrutar. Ser torero me hace muy feliz, y continuo con la misma ilusión de mis comienzos”.
Feliz, también, porque el 1 de septiembre vuelve a la Plaza de Las Ventas, de la que estuvo ausente en 2023, en un desafío ganadero entre toros de Saltillo y Valdellán. “Ese es otro motivo de satisfacción,” prosigue, “y contribuye a que esta temporada sea interesante para mí, de modo que, si todo va bien, la terminaré con 15 o 20 festejos”.
Pregunta. ¿Ha preparado de un modo especial la corrida de mañana?
Respuesta. “No. Yo entreno a tope siempre. La preparación física es importante, pero la clave para una corrida como esa es la cabeza, la mentalización”.
Síguenos en Twitter
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.