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Blogs / Cultura
El toro, por los cuernos
Por Antonio Lorca

Horario de recreo para el toro bravo durante el viaje desde la dehesa hasta la plaza

Antonio Bañuelos, reelegido presidente de la Unión de Criadores, preocupado ante el Reglamento de Transportes de Animales que pretende aprobar el Parlamento Europeo

Antonio Bañuelos, presidente de la Real Unión de Criadores de Toros de Lidia.
Antonio Bañuelos, presidente de la Real Unión de Criadores de Toros de Lidia.(Imagen cedida por la RUCTL)
Antonio Lorca

El asunto está aparcado hasta las próximas elecciones europeas, pero figura entre los temas pendientes y preocupa sobremanera a los ganaderos de toros bravos. El Parlamento comunitario pretende aprobar el Reglamento de Transportes de Animales que podría obligar a que las reses bajaran del camión que los traslada a la plaza cada cierto número de kilómetros de viaje para que descansen, coman y beban, lo que afectaría sin duda a la celebración de los festejos taurinos.

Esta es la principal inquietud de Antonio Bañuelos, reelegido hace unos días presidente de la Unión de Criadores de Toros de Lidia (RUCTL), que ahora ostenta el título de ‘real’, “que nada tiene que ver con que seamos o no monárquicos”, asegura, “sino de un reconocimiento que hace la Casa Real a una institución que cumple cien años en actividades no lucrativas”.

La Unión cumplirá 120 en 2025, “y sigue siendo un club de selección de un tipo de genética que es patrimonio cultural”, añade, “muy vinculado al campo, al mantenimiento de la biosfera, a la fauna y flora que convive con el toro, y que de otro modo sería una zona deprimida o pasto de las llamas”.

Bañuelos accedió por vez primera a la presidencia una semana antes de que se declarara la pandemia en 2020, pero afirma que su mandato ha sido “apasionante”, aunque no puede evitar, al mismo tiempo, que se le deslice una sonrisa socarrona. En estos cuatro años se han enviado muchas reses al matadero, la dehesa ha sufrido una severa sequía, la oferta de toros se ha reducido un 20 por ciento para esta temporada, y los gastos de producción han aumentado un 40 por ciento desde 2018. A pesar de todo, repite al frente de los ganaderos los cuatros años más que le permiten los estatutos, “dispuesto a seguir aprendiendo”.

“Europa plantea que un camión con toros que va desde Tarifa a Nimes, por ejemplo, pare cada ocho horas, bajen los animales, descansen, coman, beban, socialicen, y sigan de nuevo su camino”

Y en ese aprendizaje, Bruselas sigue siendo un hueso para el toro bravo. Con dificultades y el trabajo de un despacho contratado por la RUCTL en Bruselas, se consiguió que la Política Agraria Comunitaria (PAC) 2023-2027 no perjudicara a los ganaderos, pero ahora otro peligro acecha en el horizonte.

“Salvamos la PAC, que no fue nada fácil”, comenta Antonio Bañuelos; “algunos grupos pretendían que la vaca lidia, que así se denomina, no fuera considerada europea, y que, además, no recibieran subvenciones agrícolas los ganaderos de bravo, pero lo que ahora está sobre la mesa es el Reglamento de Transportes de Animales que pretende, para entendernos, que un camión con toros que va desde Tarifa a Nimes, pare cada ocho horas, bajen los animales, descansen, coman, beban, socialicen, y sigan de nuevo su camino hasta un nuevo descanso”.

El trabajo de la RUCTL consiste ahora en presentar enmiendas y alegaciones en compañía de representantes de otras razas, “a fin de que se les considere animales de difícil manejo -la palabra ‘toro’ no se puede pronunciar en Bruselas- y la situación se normalice”.

Bañuelos confía en que este reglamento no afecte a los toros de lidia porque impediría materialmente el traslado de las reses desde las ganaderías a las plazas.

Pregunta. Ha comentado usted que su primer mandato ha sido ‘apasionante’…

Respuesta. Sí…, tomé posesión una semana antes de la pandemia, que llevó la desolación a todos los ganaderos; después, llegó la sequía; la guerra de Ucrania, que nos partió por medio; el aumento desorbitado de los gastos de producción, de modo que la crianza de un toro ha pasado 4.500/5.000 euros a 6.000/7.000 euros… Y, por si fuera poco, la PAC.

Triana, toro de la ganadería de Samuel Flores, lidiado en Las Ventas el 24 de septiembre del año pasado.
Triana, toro de la ganadería de Samuel Flores, lidiado en Las Ventas el 24 de septiembre del año pasado.Alfredo Arévalo (Imagen cedida por la empresa Plaza 1)

P. Pero lo peor de la pandemia ya ha pasado…

R. Sufrimos todavía la resaca de aquel desastre. No desaparecieron ganaderías, pero empequeñecieron, y se eliminaron muchas vacas nodrizas, erales y utreros hasta saturar los almacenes por una cuestión de pura sostenibilidad. No había ingresos, ni temporada, ni posibilidad de marcar objetivos, ni consumo. En 2019 sobraban entre 4.000 y 5.000 toros, y ahora faltarán, y no en las plazas de primera, pero sí en las demás cuando avance la temporada.

P. Lo que parece claro es que la economía del toro está más unida a la afición y al romanticismo que al dinero.

R. Esa afirmación no es nueva. Si no fuera así, no hubiera sido posible superar la pandemia.

P. Parece que no es fácil ser ganadero hoy entre la corriente animalista, el antitaurinismo reinante, la UE, la ambigüedad de la clase política, el ministro de Cultura…

R. El perfil político actual nos ha adjudicado el ministro de Cultura menos apropiado, que tiene la obligación de proteger y promover la fiesta de los toros y parece que su interés reside en amparar a grupos antitaurinos para que pidan al Congreso de los Diputados la derogación de la ley que regula la tauromaquia como patrimonio cultural. Por fortuna, las CCAA actúan de otra forma y están volcadas con el presente y el futuro de la fiesta. Ha habido contactos con todas aquellas en las que se crían toros y hemos encontrado una actitud positiva y algo más que palabras.

Está muy satisfecho el presidente de los ganaderos con la organización de novilladas y la retransmisión de festejos que patrocinan algunos gobiernos regionales, y de los convenios firmados con instituciones autonómicas relacionados con el campo y la promoción de la raza de lidia.

“Contamos con el ministro de Cultura menos apropiado, pero en las Comunidades Autónomas hemos encontrado diálogo y algo más que palabras”

Añade que esta es una de las razones de que “el año pasado hubiera más gente joven que nunca en las plazas de toros”; asegura que no le preocupa el animalismo, “porque se rige por sus teorías, persigue otros intereses comerciales y no tiene nada que ver con la esencia de la tauromaquia”, y afirma que esa corriente y el antitaurinismo no impiden que numeroso público acuda a las plazas. “En 2022 se celebraron 200 festejos más que en 2019, lo que no deja de ser significativo, y la feria de cualquier ciudad que no ofrezca festejos taurinos es triste, porque los toros aportan vida y actividad económica”, prosigue, “y prueba de ello es que una figura como Roca Rey interesa muchísimo y arrastra a muchos jóvenes”.

P. Da la impresión de que tiene usted una visión muy optimista de la fiesta de los toros.

R. Creo que Roca Rey es un referente para la juventud; un chico extranjero que se ha convertido en un fenómeno social mundial en el planeta toro. Y le digo más: el 26 de julio del año pasado, sufrió un percance en la feria de Santander, salió Cayetano en su auxilio, los dos acabaron por los aires, y la foto salió en New York Times…

P. Pero esa no es una imagen taurina…

R. Pero sí de un torero, lo que demuestra que hay interés. Es verdad que hoy se consume menos información taurina en los periódicos generalistas, pero han sido sustituidos por las redes sociales.

Antonio Bañuelos comienza un nuevo mandato al frente de la RUCTL. No ha sido necesario convocar una asamblea electoral porque solo se ha presentado su candidatura y ha sido automáticamente proclamado presidente. Una de las últimas decisiones de su equipo ha sido cambiar el logo de la organización, que ahora aparece con la corona real. Y se muestra feliz y esperanzado con la celebración del 120 aniversario de la organización. “Tenemos muchas ilusiones por cumplir”, concluye.


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Sobre la firma

Antonio Lorca
Es colaborador taurino de EL PAÍS desde 1992. Nació en Sevilla y estudió Ciencias de la Información en Madrid. Ha trabajado en 'El Correo de Andalucía' y en la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA). Ha publicado dos libros sobre los diestros Pepe Luis Vargas y Pepe Luis Vázquez.
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