Belleza contra el cambio climático
'Antropoceno', de Thaddeus Phillips, es un espectáculo visual que entra por los ojos
Este es un bello espectáculo que entra por los ojos. Casi no hay trama porque la trama ya la sabemos: el cambio climático. Lo que se ofrece es más bien una dramaturgia visual trazada con imágenes que remiten claramente a ese fenómeno. Algunas son negativas: un contenedor de basura, bolsas de plástico, desperdicios de una cadena de comida rápida. En otras subyace una llamada a la acción: una maceta al sol, una mujer embarazada, una joven con chubasquero amarillo que podría ser Greta Thunberg pero también la visionaria Casandra de la mitología griego. Todo sucede alrededor de un domo que representa el concepto de casa: tanto un hogar familiar como el planeta entero.
El director estadounidense Thaddeus Phillips ensambla todos estos elementos con la precisión que puede esperarse de un discípulo declarado del canadiense Robert Lepage. Es mágico porque es preciso. Cautiva su manera de combinar la palabra y la danza, el diálogo cotidiano con la reflexión política, la tecnología escénica con los recursos más artesanales.
El espectáculo es hipnótico y, como decíamos, entra sobre todo por los ojos. En ese sentido es irreprochable: la sucesión continua de imágenes es envolvente y perdura en la mente más allá de la función. Pero esa estructura reiterativa que funciona tan bien visualmente termina resultando algo monótona porque no crece, carece de tensión dramática. Se acumulan referencias históricas, científicas y sociológicas (Robert Oppenheimer, Richard Buckminster Fulle, el libro Homo Deus de Yuval Noah Harari) sin demasiada ligazón entre ellas y por momentos da la sensación de cierto batiburrillo teórico.
Antropoceno. Texto y dirección: Thaddeus Phillips. Teatro de la Abadía. Madrid. Hasta el 29 de marzo.
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