Anthony Veasna So, el escritor llamado a cambiar las letras de Estados Unidos
El autor, de origen camboyano, falleció el pasado 8 de diciembre a los 28 años. Su primer libro se publicará el próximo agosto
El escritor estadounidense de origen camboyano Anthony Veasna So falleció de manera repentina el pasado 8 de diciembre en su domicilio de San Francisco a los 28 años de edad. Estaba considerado como uno de los narradores más prometedores de Estados Unidos, pese a que no había publicado ningún libro, tan solo un puñado de historias aisladas. Alex Torres, la pareja del escritor, confirmó su muerte sin especificar la causa, según informó The New York Times.
Su biografía es tan exigua como su producción literaria. Nacido en Stockton, California, en 1992, en el seno de una familia de refugiados que lograron escapar de las atrocidades del genocidio perpetrado por el régimen de los Jemeres Rojos, So cursó estudios de arte y literatura en Stanford, antes de ser aceptado en el exclusivo programa de escritura creativa de la Universidad de Siracusa (Nueva York), que admite tan solo a seis aspirantes al año tanto en la modalidad de ficción como en la de poesía. Durante los tres años que duró su estancia, el futuro narrador tuvo ocasión de asistir a talleres impartidos por escritores de la talla de George Saunders, Mary Karr, Dana Spiotta o Elizabeth McCracken, quienes fueron los primeros en detectar el calibre de su talento.
La súbita desaparición de So ha causado un profundo sentimiento de consternación en los círculos literarios estadounidenses. El único volumen que le dio tiempo a completar en vida, la colección de relatos titulada Afterparties, aún inédita (su publicación está prevista para el próximo mes de agosto), despertó una expectación extraordinaria en el mundo editorial, dando lugar a una intensa puja por hacerse con los derechos del libro, que se zanjó a favor de Ecco Press, sello que hizo una oferta en torno al medio millón de dólares, cifra insólita teniendo en cuenta que se trataba del libro de cuentos de un perfecto desconocido.
La consternación causada por el fallecimiento de So se debe en buena medida al hecho de que quienes pudieron conocer de cerca las primeras muestras de su hacer, todas ellas voces consagradas, consideraban que el escritor de origen camboyano estaba destinado a cambiar el rumbo de las letras norteamericanas. El caso no deja de ser extraño, pues la reputación del destinatario de tales elogios descansaba sobre el potencial que permitían augurar las escasas ficciones que llegó a completar. Días antes de su muerte So, que deja una novela sin acabar, estaba discutiendo con los editores de n+1 la estrategia de publicación de varios ensayos.
En cuanto a sus relatos, su originalidad, fuerza y capacidad de seducción eran tales que lograron que revistas del calibre de The New Yorker, Granta o la vanguardista n+1, entre otras publicaciones de prestigio, pusieran sus páginas a disposición del autor sin dudarlo. La misma capacidad de seducción que desprendía su escritura es lo que llevó a diarios como Los Angeles Times, USA Today o al mismo The New York Times a dedicar destacadas necrológicas lamentando la pérdida de un autor sin apenas obra. El relato titulado The Three Women of Chuck Donuts, publicado el pasado mes de febrero en The New Yorker, es una muestra representativa del hacer de Veasna So. Cuando el también asiático-americano Viet Than Nguyen, ganador del Premio Pulitzer en la modalidad de ficción en 2016 por The Sympathizer, lo leyó se apresuró a anunciar la aparición de una voz que no sería posible ignorar. El comentario de Elizabeth McCracken sobre Afterparties, colección de la que forma parte este relato, es que se trataba del volumen de cuentos más poderoso que había leído en más de una década. El denominador común de las notas de despedida dedicadas a Anthony Veasna So ha sido lamentarse por la pérdida de una obra que ya jamás podrá hacerse realidad.
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