Ser un listillo solo funciona en la tele
En Twitter uno puede salir del paso a lo Bruce Willis en 'Luz de luna', pero para salir con vida de una sesión parlamentaria hace falta mucho más
En The Movies That Made Us, Netflix rebaña el fondo de las últimas reservas de nostalgia y cuenta cómo se hicieron y triunfaron algunos hitos del cine popular de los ochenta, como Dirty Dancing o Solo en casa, películas que se rodaron contra el escepticismo de muchos productores, que demostraron tener mejor criterio que el público que fue a verlas. Qué pena que triunfara el tesón de sus creadores.
En el capítulo dedicado a Jungla de cristal cuentan cómo contrataron a Bruce Willis después de que unas veinte estrellas cachas dijeran que no porque creían que el papel era ridículo. Willis era una estrella de la tele en Luz de luna, y cambiar la imagen de golferas que tenía allí por la de un macho con pistolas suponía un reto de marketing más difícil que abrir un McDonald’s en una comuna vegana.
El problema era el cambio de formato de pantalla. En la tele, Willis hacía de “listillo”, según dicen en el documental, porque salía en primeros planos, pero en una peli de acción los encuadres son más largos y la semántica es más compleja, por lo que el personaje no podía salir de los atolladeros con un sarcasmo. Debía transmitir más verdad, lo que, para los actores y los políticos, significa siempre que deben fingir más.
Algo parecido ha pasado con la nueva política. Ahí está Echenique borrando miles de tuits, por si le cae un ministerio. Entre los propios parroquianos, en plano corto, uno puede salir del paso haciendo el listillo en Twitter, como Bruce Willis en Luz de luna, pero para salir con vida de una sesión parlamentaria de control al Gobierno hace falta mucho más. O mucho menos.
En favor de Willis hay que decir que devino un héroe de acción sin borrar los capítulos de Luz de luna, que siguen siendo maravillosos.
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