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Columna
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Ovnis

'Proyecto Blue Book' tiene tres virtudes: una muy cuidada ambientación, un ritmo narrativo acorde con la época en la que transcurre la acción y una excelente interpretación de Aidan Gillen

Ángel S. Harguindey
Aidan Gillen en 'Proyecto Blue Book'.
Aidan Gillen en 'Proyecto Blue Book'.

En los años cincuenta del pasado siglo, en plena "guerra fría", el fenómeno de los OVNIS alcanzó una repercusión social en Estados Unidos, es decir, en el mundo, insospechada. Sus Fuerzas Aéreas crearon en 1952 el Proyecto Blue Book con el fin de estudiar los avistamientos de sus pilotos de unas extraordinarias luces en el cielo. Casi setenta años después, Hollywood recrea aquellos sucesos en una excelente serie de diez capítulos (TNT) con la producción de Robert Zemeckis, el director de Forrest Gump.

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Tiempos complicados en los que los militares ejercían una gran influencia como consecuencia de la victoria en la Segunda Guerra Mundial y la ciudadanía aceptaba transitar un territorio próximo a la paranoia colectiva. El general Eisenhower presidía el país, comenzaron a venderse refugios nucleares domésticos, las televisiones informaban de fenómenos celestes extraños y había un enemigo claro: los rusos. Con esos mimbres se construyó la serie.

Caben destacar, cuando menos, tres virtudes: una muy cuidada ambientación, un ritmo narrativo acorde con la época en la que transcurre la acción y una excelente interpretación de Aidan Gillen (Meñique en Juego de tronos), que desde su condición de astrónomo tratará de racionalizar lo inexplicable. Su inicial escepticismo se irá modificando paulatinamente ante sus trabajos de campo en fenómenos como las texanas Luces de Lubbock.

La cuestión clave es saber si existe vida en otros planetas. Lo absurdo es creer que no. Algunos datos: en nuestro sistema solar hay 8 planetas. En nuestra galaxia hay 300.000 millones de sistemas solares. En el universo observable hay más de 2.000 millones de galaxias. (NASA, ESA, and K. Sahu (2012). «The Milky Way Contains at Least 100 Billion Planets According to Survey»). No somos nadie.

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