Definir lo indefinido
El Macba explora en la muestra 'Territorios indefinidos' la represión e imposición cultural colonial
A principios de año, el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, envió una carta a Felipe VI en la que le instaba a reconocer los atropellos cometidos durante la conquista y a pedir disculpas por ellos. Las reacciones por parte del Gobierno español y de gran parte de la población fueron de total rechazo a tal petición alegando, entre otras cuestiones, que son hechos sucedidos hace 500 años. Por otro lado, la vocera del Congreso Nacional Indígena (CNI) de México, María de Jesús Patricio Martínez, Mariuchy, afirmaba que “lo que debe hacer el presidente es dejar de despojar la tierra de las comunidades indígenas del país”.
El suceso refleja varias cuestiones en relación con la colonialidad, la incapacidad de los Gobiernos y las poblaciones de los países europeos de asumir su responsabilidad y las consecuencias derivadas de esta, así como las complejidades de los procesos de independencia de las excolonias. Alrededor de estas cuestiones gravita Territorios indefinidos, una exposición a cargo de la comisaria Hiuwai Chu que, a través de la obra de artistas procedentes de geografías y diásporas diversas, transita algunas de las líneas que siguen uniendo el desastre colonial con la configuración geopolítica contemporánea del mundo. Two Meetings and a Funeral (2017), de Naeem Mohaiemen, funciona como pieza central, desgranando las vicisitudes de las ideologías que dieron lugar al Movimiento de Países No Alineados (MNOAL), formado por naciones que compartían intereses comunes respecto a la soberanía nacional, la descolonización, el antiimperialismo y el desarrollo económico. Era 1955, y se reunieron en Indonesia 29 países asiáticos y africanos que habían accedido a la independencia recientemente. Más de medio siglo después es innegable que la forma de los Estados modernos de las excolonias, así como las relaciones de poder que se ejercitan dentro de ellas, son consecuencia directa de la conquista. En México y el resto de países latinoamericanos las élites criollas y blancas ejercen el poder sobre el resto de las poblaciones muchas veces mayoritarias, y los pueblos originarios se ven sometidos al despojo de sus tierras y la negación de sus formas de vida, tal y como apuntaba Mariuchy.
¿Es este formato de exposición, heredero de la modernidad que acompañó las conquistas de Occidente, el mejor?
Los procesos de afianzamiento del orden colonial mantienen su paso inexorable, y sus estructuras y alegatos siguen presentes ejerciendo distintas formas de violencia epistémica cada día. Maria Thereza Alves muestra en This is Not an Apricot (2009) veinte tipos diferentes de frutos indígenas del Amazonas cuyos nombres quedaron relegados al olvido, y a los que el vendedor se refería con una única palabra: albaricoques. Lenguas originales que se pierden bajo el imperialismo lingüístico. Nuremberg Map of Tenochtitlan (2013), de Mariana Castillo Deball, muestra en el suelo un mapa de la antigua capital azteca que Hernán Cortés envió al rey de España en 1520, junto a relatos en los que se justificaba la conquista del territorio a partir de sus riquezas, pero también de la imagen de bárbaros de sus gentes. Esa justificación colonial sigue presente en nuestros días, como bien muestra Nation State - Part 1. Exercise # 1. History. Christopher Columbus (2013), de Daniela Ortiz y Xose Quiroga, que denuncia la incesante glorificación de Cristóbal Colón mediante fotografías de su monumento en Barcelona, junto a un texto sobre su papel en la colonización de las Américas. La sublime Flowers for Africa (2013-en proceso), de Kapwani Kiwanga, reconstruye distintos arreglos florales relacionados con las ceremonias de independencia de países africanos. Las flores se van marchitando conforme pasan los días, sugiriendo nociones como impermanencia, caducidad o finitud.
La exposición, con obras excepcionales y magníficos artistas como Black Audio Film Collective, Alán Carrasco, Maryam Jafri, The Otolith Group, Munem Wasif o Dana Whabira, entre otros, se enmarca en una línea que desde los años noventa incide en cuestiones que tienen que ver con lo poscolonial y las relaciones entre Occidente y el resto del mundo. Y más recientemente en un intento de descolonizar el museo que emerge en los últimos años en instituciones de distintas geografías —también en el propio Macba—. Lo complejo, pero a la vez imprescindible, es pasar del discurso a la forma. No quedarnos en los contenidos, sino que estos afecten las dinámicas, estructuras y políticas de la propia institución y su funcionamiento. Por ejemplo, ¿es este formato de exposición de tesis, heredero de la modernidad que acompañó aquellas conquistas coloniales, el mejor para abordar estos temas?
‘Territorios indefinidos’. Macba. Barcelona. Hasta el 31 de septiembre.
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