_
_
_
_

Exhibición de debilidades

The Drums nunca estarán tan cerca del verdadero Jonny Pierce. Podría decirse que ‘Brutalism’ es una reunión de todas sus costuras

Laura Fernández
Jonny Pierce, en un concierto de The drums en Las Vegas en 2018.
Jonny Pierce, en un concierto de The drums en Las Vegas en 2018.Bryan Steffy (WireImage)

Nada en el nuevo disco de The Drums se parece ya a lo que fueron The Drums. Pero es lógico. The Drums es, desde esa suerte de concentrado de nuevo mundo que fue Abysmal Thoughts, su anterior disco, apenas Jonny Pierce. Como ha ido ocurriendo en otras bandas de la época (y la época es los años 10 de este siglo), bandas como The Pains of Being Pure at Heart y Clap Your Hands Say Yeah, que ya no es que lideren Kip Berman y Alec Ounsworth, es que son Kip Berman y Alec Ounsworth, The Drums es hoy un desorientado (‘Pretty Cloud’), a ratos naíf (‘I Wanna Go Back’), y por momentos aún algo lúcido (‘Body Chemistry’), Jonny Pierce.

No hay una dirección clara en Brutalism, de hecho se diría que no hay nadie a los mandos y, quizá por eso, el álbum parece más una muestra de las debilidades de Pierce que otra cosa. Hay intentos de singles que jamás podrán funcionar (‘Kiss It Away’), hay confesiones que, por momentos, se vuelven francamente conmovedoras y luego intentan despegar (‘Nervous’), y arranques de riffs desnudos que intentan traer de vuelta una época (esa en la que las boy bands también era cosa del indie) que ya es historia (‘Blip of Joy’).

La sensación es la de que todo lo que en Abysmal Thoughts era profundo, y a ratos, triste, intención, aquí es desequilibrio consentido, una especie de desastroso ensimismamiento. Pierce abusa del beat y carga tantísimo y de tan descontrolada manera cada tema, con una especie de risueño, y por momentos encantador, desdén (‘Loner’ es un buen ejemplo), que el resultado está muy lejos de la ingenuidad coordinada del, visto desde ahora, glorioso pasado (a excepción del menorcísimo y mareante Encyclopedia). Por otro lado, los amantes de The Drums nunca estarán tan cerca del verdadero Jonny Pierce. Podría decirse que Brutalism es una reunión de todas sus costuras.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Sobre la firma

Laura Fernández
Laura Fernández es escritora. Su última novela, 'La señora Potter no es exactamente Santa Claus' (Random House), mereció, entre otros, el Ojo Crítico de Narrativa y el Premio Finestres 2021. Es también periodista y crítica literaria y musical, y una apasionada entrevistadora de escritores y analista de series de televisión.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_